CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 8 julio 2004 (ZENIT.org).- El balance económico de la Santa Sede muestra que las «riquezas del Vaticano» son una «leyenda», constató este jueves el presidente de la prefectura para los Asuntos Económicos de la Santa Sede.
Al presentar los números en rojo del Vaticano en el año 2003, el cardenal Sergio Sebastiani explicó con una sonrisa: «Si tuviéramos tanto dinero no tendríamos necesidad de sacar la mano para pedir ayuda».
«¿Y las riquezas del Vaticano?», le preguntó un periodista. «Una leyenda, la realidad es mucho más prosaica», respondió el purpurado italiano, quien explicó que, en el último año, en una coyuntura económica internacional adversa, la Santa Sede ha aplicado un plan de austeridad para contener el déficit lo más posible.
El cardenal presentó en la Sala de Prensa del Vaticano el «Balance definitivo consolidado de la Santa Sede» relativo al ejercicio 2003, que registra un déficit de 9.569.456 euros (unos 11.831.680 dólares estadounidenses).
Si bien se trata del tercer año consecutivo en números rojos, el déficit es inferior al del año precedente, que fue de 13.506.722 euros (unos 16.699.711 dólares).
La Santa Sede, en 2003, registró entradas por un valor de 203.659.498 euros (251.804.608 dólares) y salidas por un valor de 213.228.954 euros (263.636.288 dólares), un balance económico comparable al de varias diócesis católicas en algunos países desarrollados.
Entre 1993 y 2000, la Santa Sede había cerrado sus balances económicos en positivo, después de que Juan Pablo II convocara en 1991 a los presidentes de las conferencias episcopales del mundo para promover la aplicación del canon 1271 del Código de Derecho Canónico.
«Por razón del vínculo de unidad y de caridad, y conforme a las posibilidades de su diócesis, los obispos contribuyan a que la Sede Apostólica disponga de los medios que, según las distintas circunstancias necesita para el debido servicio a la Iglesia universal», explica el canon.
Con aquella reunión, quedaron atrás 23 años de números rojos que en 1991 alcanzaron el déficit más elevado, 86 millones de dólares.
Contribuyen también a la financiación de la Curia romana (cuyos servicios no generan entradas económicas directas), los religiosos, fundaciones católicas, y fieles de todo el mundo.
En 2003, según reveló el cardenal Sebastiani, estas contribuciones experimentaron un decremento, pasando de los 85,4 millones a 79,6 millones de euros. En parte, este bajón se debe a la devaluación del dólar con respecto al euro, aclaró.
El Óbolo de San Pedro (cuya contabilidad se lleva en dólares y no en euros, a diferencia del balance económico de la Santa Sede) ha experimentado sin embargo un incremento del 5,7%: 55.842.854 dólares (45.096.388 euros). Este dinero no se destina a cubrir el presupuesto vaticano, sino que se dedica a ayudas del Papa a Iglesias perseguidas o pobres, así como a poblaciones en necesidad, o víctimas de catástrofes naturales y la guerra.
Para afrontar la reducción de entradas, añadió Sebastiani, la Santa Sede en el último año ha reducido sus costes: «de unos 106 millones de euros en 2002 a 99,4 millones en el sector institucional», subrayó el purpurado.
En particular, se ha ahorrado más de un millón de euros en personal (en la Curia Romana trabajan 2.674 personas y hay cerca de unos mil jubilados). Para ello, reveló, se ha evitado con todos los medios aumentar el personal.
«Hemos limitado a lo urgente los gastos de mantenimiento, en particular, por lo que se refiere a las 118 nunciaturas apostólicas en el mundo», añadió el cardenal.
Según el administrador vaticano, las causas del déficit hay que atribuirlas a la coyuntura económica mundial, que «a partir de la última parte del año 2000 ya había entrado en una fase de crisis, y que después experimentó las turbulencias provocadas por acontecimientos de otro carácter, como el ataque a las Torres Gemelas y la serie de ulteriores atentados, la guerra en Irak y la perduración del conflicto entre israelíes y palestinos».
Dado que el Vaticano pertenece a la zona monetaria del euro, y que buena parte de sus contribuciones llegan en dólares, la devaluación del dólar con respecto a la moneda europea (el récord de 1, 26 dólares euro se registró en diciembre de 2003), también ha influido negativamente, subrayó.
¿Cómo cubrirá la Santa Sede el déficit? El cardenal confió que echará mano al «patrimonio neto». Precisó que después del déficit de años anteriores, el Vaticano ha seguido recomendaciones de la Comisión de cardenales «ad hoc», aconsejados por los administradores de grandes diócesis como Nueva York o Munich, para contener los gastos al mínimo.
El informa constata que la mayor parte de los gastos corresponde a la gestión ordinaria y extraordinaria de los organismos de la Santa Sede: Secretaría de Estado (dos secciones), 9 congregaciones, 3 tribunales, 11 consejos pontificios, la Cámara Apostólica, el APSA, la Prefectura para los Asuntos Económicos de la Santa Sede, la Prefectura de la Casa Pontificia, la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice, la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Vatican Information Service, la Oficina Central de Estadística de la Iglesia, 5 comités pontificios y comisiones, 9 instituciones relacionadas con la Santa Sede, el Sínodo de los Obispos y 6 academias pontificias. A esos organismos centrales hay que añadir las 118 sedes de representación pontificia en las naciones u organismos internacionales.
Además de los gastos institucionales de la Curia romana, el balance económico tiene otros sectores, como el de las actividades financieras, gestión del patrimonio que se creó cuando Italia compensó con los Pactos de Letrán, en 1929, los daños provocados por la expropiación de los Estados Pontificios. En este apartado se obtuvo un resultado negativo de 11,6 millones de euros (unos 14,3 millones de dólares).
Otro sector es el patrimonio inmobiliario (en buena parte depende también de aquellas mismas concesiones del Estado italiano), que ha cerrado con un beneficio de 22,4 millones de euros (unos 27.7 millones de dólares).
La actividad de las instituciones de los medios de comunicación (Radio Vaticana, Tipografía Vaticana/L’Osservatore Romano, Librería Editora Vaticana y Centro Televisivo Vaticano), cerró con un déficit de 1,2 millones de euros (1,4 millones de dólares), menor que el de 2002, que fue de 1,7 millones de euros (2,1 millones de dólares).