MADRID, miércoles, 28 julio 2004 (ZENIT.org-Veritas).- El secretario y portavoz de la Conferencia Episcopal Española reconoció este martes en declaraciones a la COPE, que las uniones homosexuales plantean un reto a la Iglesia.

En este sentido, el padre Juan Antonio Martínez Camino manifestó que «hay tal vez un déficit en la predicación y en la catequesis; en contra de lo que se dice por ahí de que la Iglesia está obsesionada por el sexo, hay más bien un cierto déficit en la enseñanza general de religión, en la catequesis habitual, en las familias, de un tratamiento de estos asuntos que vaya al fondo de las cuestiones».

Además, se refirió a las reacciones que ha producido la nota emitida por la Conferencia Episcopal en la que se opone al proyecto de ley de reconocer el matrimonio homosexual y aclaró que «la Conferencia Episcopal sabe muy bien que quien legisla en este país es el Parlamento, y lo dice expresamente en el número 5 de esta nota. Naturalmente sólo la autoridad legítima tiene la potestad de establecer las normas para regulación de la vida social».

«La Conferencia Episcopal sabe que el Parlamento es la autoridad legítima para emitir leyes en este país, y eso no se pone en cuestión, al revés, se reconoce expresamente en la nota --reconoce--. En ese sentido está claro que no se trata de invadir el terreno ni las competencias de los órganos que están legitimados para legislar. Ahora bien ¿no se pueden aportar ideas, incluso enriquecer un debate que en este caso apenas ha habido?», destacó.

Por otra parte, el padre Martínez Camino recordó que «la doctrina católica no es positivista sino que piensa que las leyes deben ajustarse a la justicia y la justicia no es patrimonio de nadie, tampoco del Parlamento en cuanto tal, no es el órgano infalible de justicia, entonces es posible discutir si es justo que dos personas del mismo sexo pretendan contraer matrimonio entre ellas».

«La Iglesia piensa que es injusto, entonces aunque el Parlamento lo aprobara sería injusto y esto es lo que dicen los obispos, esto no es menospreciar al Parlamento, es tomarse muy en serio al Parlamento», añadió.

Por último, el secretario de la CEE explicó el sentido del llamamiento del episcopado a la movilización: «Por movilización se entiende que los católicos y la ciudadanía en general tienen que despertar su conciencia, preocuparse por un asunto tan grave que va a suponer una ruptura en lo que eran hasta ahora las relaciones humanas reconocidas por las leyes».

«Esto exige una movilización de las conciencias, y expresar las propias ideas en un debate público y realizar las acciones legítimas que cada uno, cada grupo, cada persona considere que son oportunas. No es dictar a nadie lo que tiene que hacer sino llamar la atención sobre una situación realmente importante para la convivencia, para el futuro de la sociedad y de los hijos de nuestros hijos en nuestro futuro», concluyó.

Tres días para que Teresa de Lisieux «emprenda» su misión de paz en Colombia

BOGOTÁ, miércoles, 28 julio 2004 (ZENIT.org).- Del 1 de agosto al 19 de septiembre próximo la urna con las reliquias de Santa Teresita del Niño Jesús recorrerá «En Misión de Paz por Colombia» 103 localidades de 35 diócesis de este país, duramente probado por cuatro décadas de conflicto interno que se ha cobrado 35 mil vidas de civiles en los últimos dos lustros.