BRADFORD, jueves, 15 julio 2004 (ZENIT.org).- La Organización para la protección de los cristianos de Asia y Pakistán –con sede en Bradford— ha pedido a los fieles ingleses que se unan el próximo domingo para orar por la situación de la libertad religiosa en Pakistán y en concreto por los cristianos del país.
Los cristianos de Pakistán sufren habitualmente persecuciones de extremistas islámicos que frecuentemente utilizan la Ley de la blasfemia para reprimir cualquier acto que consideren incompatible con la ley islámica, explica «Asianews».
Según la agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras (PIME), en Pakistán desde 1986 al menos 79 cristianos y 289 musulmanes han sido acusados de blasfemia. Otros 10 cristianos y 59 musulmanes están en espera de juicio por este motivo.
En este contexto, en las últimas semanas murieron tres cristianos: el pastor George Masih, Samuel Masih –acusado de blasfemia fue asesinado por un policía cuando estaba ingresado por tuberculosis en un hospital– y Javed Anjum, torturado por algunos «mullah» de una «madrassa» (escuela coránica) falleció a consecuencia de las lesiones.
Aunque no se llegue al homicidio, la actitud hacia los cristianos en el país suele ser intolerante. En Quetta, en la provincia de Baulchestan, por ejemplo, han llegado cartas amenazadoras a algunos cristianos. Un pastor logró huir de sus secuestradores después de haber sido torturado y muchas mujeres y niñas cristianas han sufrido abusos sexuales.
El llamamiento de la mencionada Organización invita a orar por las familias de los últimos tres asesinados, por los jueces y la policía en el ejercicio de su autoridad en los casos de blasfemia y por el presidente Pervez Musharraf, quien se ha pronunciado a favor de la revisión de la controvertida Ley, del «delito del honor» y de las ordenanzas «Hudood», para que tenga la fortaleza de poner por obra sus palabras.
Los organizadores de la convocatoria declaran que orarán «en particular por todas las Iglesias de Pakistán, que contribuyen a dar vida y esperanza» a los cristianos.
Han manifestado su respaldo a la oración del domingo, entre otros, el obispo de Bradford –Rt. Rev. David James–, el obispo de Manchester –Rt. Rev. Nigel Mc Cullouch–, el antiguo obispo de Bradford –Rt. Rev. David Smith–, el presidente del distrito metodista de Yorkshire occidental –Rev. Peter Whittaker— y el vicario general de la diócesis católica de Leeds, monseñor Kieran Heskin.
De los 143 millones de habitantes de Pakistán, el 75% son musulmanes suníes y el 20% son chiíes. Los cristianos representan el 2%. Los católicos son 1,2 millones.
El artículo 295/c del Código Penal de Pakistán –señalado como «ley sobre la blasfemia»– condena a «cuantos con palabras o escritos, gestos o representaciones visibles, con insinuaciones directas o indirectas, insultan el sagrado nombre del Profeta».
Introducida en 1986, la ley sobre blasfemia permite encarcelar al presunto trasgresor en virtud de declaraciones ofrecidas por cualquier ciudadano. Al basarse la denuncia en simples declaraciones orales, favorece el uso de la ley como medio de venganza personal.
Igualmente la ley sobre la blasfemia es manipulada por los militantes islámicos para perseguir a los cristianos o a cuantos no estén de acuerdo con ellos
De todas formas, según declaraciones del martes pasado del ministro federal de asuntos religiosos Ejaz ul Haq, la Ley sobre la blasfemia seguirá previendo la pena de muerte como condena y las anunciadas modificaciones se limitarán al procedimiento y a la aplicación de la norma.
No obstante, el ministro admitió que se ha registrado un abuso de la Ley en los últimos 18 años. En efecto, desde 1927 a 1986 se registraron sólo 7 casos de blasfemia, mientras que desde 1986 hasta la fecha se han notificado más de 4 mil. Según la nueva modificación, sin embargo, también quien sostenga acusaciones falsas será castigado con la muerte.
Ismail Qireshi, abogado de la Corte Suprema de Pakistán, afirmó por su parte que el gobierno no tiene derecho a modificar la ley, que afecta a una materia puramente religiosa. Opina que, dado que la Ley fue aprobada por la Corte Federal de la «Sharia» y la Corte Suprema de Pakistán, si alguien fuera a modificar la ley significaría negar estas Cortes. «La pena capital está de acuerdo con los principios del Corán y esto no consiente a ninguno modificar la ley», añadió.