Este martes la Sala de Prensa de la Santa Sede anunciaba que el pontífice ha encargado que investigue la situación en la diócesis al obispo austríaco de Feldkirch, monseñor Klaus Küng.
<br> «La decisión del Santo Padre ha sido acogida con gran satisfacción, tanto por la opinión pública del país, como por la Iglesia que está en Austria, sobre todo por la rapidez de la decisión del Papa, que acaba de regresar del Valle de Aosta. Ha tomado la decisión inmediatamente», afirma Erich Leitenberger, director de Kathpress, la agencia católica austríaca.
«Esto significa que tanto la Santa Sede como el Santo Padre en persona se dan cuenta de que en Sankt Pölten se ha verificado una situación grave que tiene repercusiones para todo el país», explica en declaraciones a «Radio Vaticano».
«La decisión de nombrar a un visitador apostólico para una diócesis se toma en muy pocos casos, es decir, es una medida sumamente severa e importante», explica.
«Ahora veremos el trabajo que hará el visitador apostólico, que será de gran responsabilidad para Sankt Pölten, para la Iglesia que está en Austria, y para todas las personas que están involucradas por el caso de Sankt Pölten», asegura.
La diócesis de Sankt Pölten «ha vivido un momento muy triste, muy grave de su historia. Ahora tiene una gran esperanza en la obra del visitador apostólico y en las decisiones que tomará la Santa Sede como consecuencia de su intervención».
«En realidad, Sankt Pölten es una diócesis importante, tiene muchos fieles, muchos sacerdotes, muchos conventos... Es una diócesis que quiere vivir concretamente el Evangelio y que quiere dar testimonio de su fe», añade Leitenberger.
«Por desgracia, los hechos de los últimos tiempos han ofuscado algo este testimonio. Ahora se espera que en un futuro muy cercano vuelva la luz, la esperanza y el consuelo. Hay mucha confianza en la labor del Santo Padre, del visitador apostólico, y de la Iglesia en general», concluye.
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Jul 21, 2004 00:00