BAGDAD, jueves, 22 julio 2004 (ZENIT.org).- Los problemas de los cristianos en Irak son los mismos que los del resto de la población: la seguridad, aclara el nuncio apostólico en Bagdad, el arzobispo Fernando Filoni,
Los recientes atentados contra tiendas de bebidas alcohólicas, que en general pertenecen a cristianos, «no hay que considerarlos como gestos de auténtica intolerancia religiosa, sino más bien como episodios de delincuencia, consecuencia sobre todo de la falta de seguridad», afirma.
«Los problemas más graves que hay que resolver ahora son precisamente los de la seguridad y la falta de trabajo», ha afirmado el prelado en declaraciones distribuidas por el servicio informativo de la Conferencia Episcopal Italiana, SIR.
«Se puede decir que casi todas las familias han tenido heridos y muertos y tienen que afrontar problemas serios, como la falta de agua y de electricidad, que no permiten la normalización del país. Sin olvidar que la casa de muchos ha quedado dañada o destruida», advierte.
Para ayudar a Irak, reconoce el nuncio, «la Iglesia ha hecho y está haciendo mucho con una serie de programas de asistencia y de solidaridad, pero repito, lo más urgente es restablecer la seguridad».
«Está claro que, en la situación por la que atraviesa este país, en la que todo es inseguro, todo lo que se haga será boicoteado y destruido. Para renacer, Irak tiene necesidad de seguridad», concluye.
ÚLTIMAS NOTICIAS
Jul 22, 2004 00:00