BRASILIA, lunes, 26 julio 2004 (ZENIT.org).- El Consejo de Administración de la Fundación «Populorum Progressio», reunido del 21 al 23 de julio en la archidiócesis brasileña de Brasilia en su encuentro anual, ha aprobado el apoyo solidario de 222 nuevos proyectos a los que ya se está enviando ayuda por valor de 1.881.000 dólares estadounidenses.
Como cada año, una parte importante de esa suma se obtiene gracias a la generosidad de los católicos italianos, a través de su Conferencia Episcopal y su Comité de Ayuda para el Tercer Mundo, que acogen el llamamiento del Papa, subraya una nota enviada a Zenit al término del encuentro.
Los proyectos que se aprueban atienden los diversos aspectos del desarrollo integral de una comunidad: salud, vivienda, agua potable, instrucción, infraestructura comunal, producción, nutrición, formación religiosa y cívica.
Desde el 13 de febrero de 1992, año en que Juan Pablo II erigió esta Fundación con sede en Ciudad del Vaticano, se han podido donar casi 19 millones de dólares estadounidenses distribuidos en algo más de dos mil proyectos.
De esta forma se va haciendo realidad el objetivo de la Fundación: ser un «gesto de amor solidario de la Iglesia hacia los más abandonados y necesitados de protección de América Latina, como son las poblaciones indígenas, mestizas y afroamericanas».
Los 222 proyectos aprobados la semana pasada se orientan al desarrollo integral de esas poblaciones y se refieren a las siguientes áreas en proporciones específicas: el 36 % a la producción –agropecuaria, microempresarial o de tiendas comunitarias–; el 23 % a proyectos de infraestructura comunal: agua potable, cercas, letrinas y salones comunales; el 18 % a construcciones –escuelas, viviendas o centros de salud–; el 16 % a educación –capacitación, comunicaciones, dotaciones y publicaciones– y el 7 % a proyectos destinados a la salud –dotación y capacitación–.
Los proyectos presentados en la reunión van acompañados por una carta del obispo del lugar garantizando que la necesidad a la que se hace frente es real, que la realización procederá en el tiempo señalado y que cuenta con su aprobación y con los servicios diocesanos. También se usan los servicios de las Nunciaturas Apostólicas.
De hecho, como explicó el arzobispo Cordes a Zenit, «la selección de los proyectos a los que se ayuda es decidida por quienes reciben la ayuda material y no por patronos del extranjero», un aspecto que se subraya «para evitar todo paternalismo» (Cf. Zenit, 13 de julio de 2004).
La Fundación «Populorum Progressio» tiene su sede en el Consejo Pontificio «Cor Unum», en la Ciudad del Vaticano, cuyo presidente, el arzobispo Paul Josef Cordes, es también presidente de la Fundación y su representante legal.
Enviado urgentemente por el Santo Padre a la región de Darfur (Sudán) en ayuda de la población local duramente probada por los últimos acontecimientos, monseñor Cordes no ha podido estar presente en la reunión.
En cambio sí han participado el resto de los miembros del Consejo: el cardenal Juan Sandoval –arzobispo de Guadalajara–, monseñor Fabio Betancur –presidente del Consejo y arzobispo de Manizales (Colombia)–, S.E. Alberto Taveira, vicepresidente y arzobispo de Palmas (Brasil)–, S.E. Edmundo Abastoflor, arzobispo de la Paz (Bolivia)–, monseñor Antonio Arregui –arzobispo de Guayaquil (Ecuador)–, monseñor José Luis Astigarraga –obispo del Vicariato Apostólico de Yurimaguas (Perú)–, el padre Segundo Tejado –representante del Consejo Pontificio «Cor Unum», asistido por el Dr. Juan Vicente Isaza –secretario del Consejo, con sede de Bogotá–. Además, estuvo presente monseñor Piergiuseppe Vacchelli por la Conferencia Episcopal italiana.
Los miembros de la Fundación fueron recibidos en el Seminario Misionero Archidiocesano «Redemptoris Mater» de Brasilia.
En un ambiente que favorece la oración y la acogida, la Comisión ha podido llevar a cabo el estudio de la financiación de los proyectos. Los trabajos estuvieron rodeados de la vida cotidiana del seminario y los miembros de la Fundación participaron con los seminaristas de la Liturgia de las Horas y de la Eucaristía diaria, presidida por un miembro diferente del Consejo.
