BOGOTÁ, lunes, 26 julio 2004 (ZENIT.org).- Monseñor Misael Vacca Ramírez, obispo de la diócesis de Yopal (Colombia), ha sido secuestrado por guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) con el probable propósito de utilizarlo para entregar un mensaje sobre negociaciones de paz, informó el lunes la Conferencia Episcopal Colombiana.
El prelado fue capturado por los guerrilleros el sábado cerca de la población de Morcote, a 350 kilómetros al noreste de Bogotá, cuando atravesaba la región acompañado de otros tres sacerdotes y un alcalde.
Los rebeldes le manifestaron a sus acompañantes que el obispo, de 48 años de edad, sería puesto en libertad posteriormente con un mensaje.
El secretario de la Conferencia Episcopal, el obispo Fabián Marulanda, afirmó que «la posición de la Iglesia es de rechazo rotundo al secuestro de cualquier persona», informa AP.
«Abrigamos la esperanza de que sea de poco tiempo, una retención con fines como se ha insinuado de mandar algún mensaje. Pero pedimos y reclamamos el mayor respeto por la vida del monseñor Misael», añadió monseñor Marulanda.
El obispo Vacca Ramírez estaba promoviendo negociaciones entre el gobierno, grupos guerrilleros y paramilitares que actúan en la región petrolera y agropecuaria de los departamentos de Boyacá y Casanare, cuando fue secuestrado.
El ELN fue responsable del secuestro y posterior asesinato del obispo de Arauca, monseñor Jesús Emilio Jaramillo, registrado el 2 de octubre de 1989, en la misma área geográfica del secuestro de monseñor Vacca.
La Iglesia católica ha pagado un duro precio en el actual conflicto armado en Colombia. En noviembre del 2002, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) secuestraron al obispo de Zipaquirá, monseñor Jorge Enrique Jiménez, quien entonces era presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM). Tras cuatro días de cautiverio fue liberado por las fuerzas militares.
Durante los últimos 20 años un arzobispo, un obispo y al menos 50 sacerdotes y tres monjas han sido asesinados. Además, cuatro obispos, 14 sacerdotes y un misionero fueron secuestrados en el mismo período.