Estas palabras fueron leídas en nombre del Papa por el cardenal Roger Etchegaray, presidente emérito del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz.
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Al llegar a la Gruta de Massabielle, deseo dirigir mi primer saludo a los enfermos, que vienen cada vez en mayor número a este santuario, a los que les acompañan, a los que les atienden y a sus familias.
Junto a vosotros, queridos hermanos y hermanas, vengo como peregrino ante la Virgen; hago mías vuestras oraciones y vuestras esperanzas; comparto con vosotros este momento de la vida marcado por el sufrimiento físico, pero no por ello menos fecundo en el designio admirable de Dios. Con vosotros, rezo por los que son confiados a nuestra oración.
En mi ministerio apostólico, siempre he tenido una gran confianza en la ofrenda, en la oración y en el sacrificio de los que sufren. Os pido que me acompañéis en esta peregrinación para presentar a Dios, por intercesión de la Virgen María, todas las intenciones de la Iglesia y del mundo.
Queridos hermanos y hermanas enfermos, quisiera abrazaros, uno tras otro, con cariño, y deciros que estoy muy cerca de vosotros y que soy solidario. Lo hago espiritualmente, confiándoos al amor maternal de la Madre del Señor y pidiéndole que os alcance las bendiciones y el consuelo de su Hijo, Jesús.
[Traducción del original francés realizada por Zenit]