Al recibir la noticia del secuestro de Simona Torretta y Simona Pari, ambas de 29 años, pertenecientes a la organización no gubernamental «Un puente para Bagdad», el patriarca ha asegurado que no dejará de recorrer ningún camino para tratar de liberarlas.

Junto con las italianas fueron secuestrados dos ciudadanos iraquíes, un ingeniero voluntario de la misma asociación italiana y una funcionaria de otra ONG, Intersos. «Pero es importante saber por quién han sido raptadas, a qué grupo pertenecen los secuestradores», añade en declaraciones publicadas por SIR, agencia de la Conferencia Episcopal Italiana.

«Si tenemos éxito en el objetivo esto está en manos de Dios. Nosotros no podemos hacer más», reconoce.

«Aquí, en Irak, hay muchas mujeres secuestradas. Las familias tienen más miedo por sus muchachas que por sus muchachos. Para nosotros en Irak no es una novedad», afirma.

«Quiero decirles a los familiares de las dos jóvenes y a los italianos que con la ayuda de Dios haremos todo lo posible», concluye.

Las dos cooperantes trabajaban en Irak en el programa «Farah» («Esperanza», en árabe), un proyecto que se realiza con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) dedicado a la educación y la promoción escolar en varios colegios de Bagdad y Basora.

Simona Torretta ocupaba el cargo de jefa de misión de la ONG en Bagdad, mientras que su compañera viajó a la capital iraquí como responsable del proyecto.