NUEVA YORK, miércoles, 22 septiembre 2004 (ZENIT.org).- El lunes pasado, al recibir el «Path to Peace Award» en Nueva York, el cardenal Angelo Sodano transformó la ocasión en un homenaje a Juan Pablo II por su «incansable testimonio como profeta de la paz» en los 26 años de su pontificado.
Las personas que se dedican a la consecución de la paz en el ámbito internacional son distinguidas anualmente por su labor con el «Path to Peace Award», de la Fundación del mismo nombre, creada por la Misión de la Santa Sede ante las Naciones Unidas.
El galardón, otorgado en esta edición al cardenal Sodano –secretario de Estado vaticano–, recuerda el compromiso constante de la Santa Sede por la paz en el mundo y el diálogo entre los pueblos.
El arzobispo Celestino Migliore, observador permanente de la Santa Sede ante la ONU y presidente de dicha Fundación, hizo entrega del reconocimiento recordando el trabajo del cardenal Sodano en momentos cruciales como la caída del muro de Berlín, las grandes Conferencias de las Naciones Unidas en los años noventa –en las que defendió la centralidad de la dignidad humana– y los actuales conflictos que golpean el mundo.
«En el curso del siglo XX, los trágicos acontecimientos mundiales hicieron de la promoción del Evangelio de la paz una prioridad urgente y una parte esencial de la misión de la Iglesia», admitió el cardenal Sodano en el acto, según recoge «Radio Vaticana».
Igualmente elogió a la Fundación –que entrega este reconocimiento anual desde que fue creada en 1991 por la Misión de la Santa Sede en las Naciones Unidas– subrayando la significativa contribución dada a la construcción de un mundo adornado por los valores evangélicos de la justicia, la caridad y la paz.
«Querría considerar el honor que se me ha concedido en el contexto de los objetivos de la Fundación y del testimonio incansable, como profeta de la paz, ofrecido por el Santo Padre en 26 años», manifestó el cardenal Sodano.
«Es ampliamente sabido cuánto ha hecho Juan Pablo II para guiar nuestros pasos y los de toda la gente de buena voluntad hacia la paz –prosiguió–. El premio, por ello, debe ser visto como un reconocimiento personal al Santo Padre, cuyas enseñanzas han sido la fuente última de inspiración para todo lo que se ha logrado».
Durante el acto se concedió además el «Servitor Pacis Award» –que se otorga a quienes literalmente han sacrificado su vida en las regiones más remotas por la realización de la paz– a la memoria de monseñor Michael Courtney, nuncio apostólico en Burundi.
El prelado de origen irlandés murió en una emboscada cerca de la capital, Bujumbura, el pasado 29 de diciembre. Por primera vez se asesinó a un representante papal. El suceso permanece aún sin aclarar.
«La Santa Sede –apuntó monseñor Migliore remitiéndose a una frase del cardenal Sodano– es una creadora de paz que trabaja intensamente para prevenir el estallido de conflictos».
La Fundación «Sendero hacia la paz» («Path to Peace Foundation») se orienta a la promoción y expansión de las actividades humanitarias, caritativas y conciliadoras más allá de los parámetros estrictamente diplomáticos.
Más información en www.thepathtopeacefoundation.org.