BRASILIA, viernes, 8 octubre 2004 (ZENIT.org).- El Senado brasileño aprobó el miércoles la Ley sobre Bioseguridad que regula la producción y comercialización de semillas transgénicas en el país y la investigación en células estaminales («madre») embrionales.
El texto del senador Ney Suassuna autoriza la realización de la investigación en células humanas estaminales embrionales. Los embriones que podrán ser utilizados deben haber sido congelados hasta el día de la publicación de la ley y deben llevar, como mínimo, tres años almacenados.
Se refiere a la manipulación de embriones guardados en clínicas de fertilidad.
El proyecto, en cualquier caso, prohíbe la clonación humana y la producción de embriones para la obtención de células estaminales con fines terapéuticos.
De acuerdo con el senador Suassuna, el proyecto permitiría la manipulación con fines de investigación de cerca de 20 mil embriones congelados.
El proyecto de ley fue aprobado en el Senado con 53 votos a favor y dos en contra. Los senadores Flávio Ams y Heloísa Helena votaron en contra, mientras que Marco Maciel, Fátima Cleide y Sibá Machado se abstuvieron.
La Ley sobre Bioseguridad ya había llegado a la Cámara de los Diputados para su aprobación, pero no trataba de la investigación en células estaminales. El proyecto será, por lo tanto, enviado de nuevo a la Cámara antes de pasar a manos del presidente Lula.
En una declaración sobre el proyecto de Ley sobre Bioseguridad difundida en agosto por la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), los prelados del país habían pedido que se tratara la cuestión de los transgénicos separadamente de la utilización de embriones humanos en la investigación científica.
«No es aceptable que dos grandes cuestiones de interés nacional oculten la importancia una de la otra, al ser tratadas a la vez», alertaron los obispos del Consejo Episcopal Pastoral, encabezados por el cardenal Geraldo Majella Agnelo, primado de Brasil y presidente de la CNBB.
«Tanto la cuestión de los transgénicos como la de los embriones humanos exigen conocimientos científicos para una consideración más consciente de sus implicaciones éticas. La votación conjunta sobre los transgénicos y sobre los embriones dejará siempre la marca de una inaceptable prisa legislativa para cuestiones tan graves», advirtieron los prelados.
Siguiendo el Magisterio de la Iglesia, los obispos brasileños son contrarios a la investigación en células estaminales embrionales porque los embriones –sometidos a manipulación— son vidas humanas.
En cambio la Iglesia alienta la promoción de la investigación en células estaminales adultas, extraídas por ejemplo del cordón umbilical y de la médula ósea.