CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 10 octubre 2004 (ZENIT.org).- Publicamos la intervención de Juan Pablo II este domingo al rezar a mediodía la oración mariana del Ángelus junto a varios miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano.
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1. Se ha inaugurado hoy en Guadalajara, México, el Congreso Eucarístico Internacional, que tiene por tema «La Eucaristía, luz y vida del nuevo milenio». Me uno espiritualmente a este importante acontecimiento eclesial, con el que comienza también el Año de la Eucaristía.
Con motivo de este Año especial, he dirigido a toda la Iglesia una carta apostólica que comienza con estas palabras «Mane nobiscum, Domine – Quédate con nosotros, Señor» (Cf. Lucas 24, 29). Que esta invocación resuene en toda comunidad cristiana: que al reconocer a Cristo resucitado «al partir el pan» (Lucas 24, 35), los fieles lo testimonien con caridad concreta.
2. Una expresión privilegiada de la caridad de la Iglesia local es la Cáritas diocesana. En Roma, Cáritas está celebrando el vigésimo quinto aniversario de su fundación. Doy gracias a Dios por los numerosos frutos de bondad madurados en estos años y aliento a la comunidad eclesial a continuar con la obra de formación y con las actividades al servicio de los pobres y los necesitados.
3. Confiamos estas intenciones a la intercesión de María santísima, «mujer eucarística» («Ecclesia de Eucharistia», cap. VI).
[Después de rezar el Ángelus, Juan Pablo II pronunció este saludo a los peregrinos:]
Envío mi saludo a los participantes en la Semana Social de los Católicos Italianos, que se ha celebrado en estos días en Bolonia con el tema «Democracia, nuevos escenarios, nuevos poderes». Que la reflexión de este importante congreso ofrezca nuevos estímulos a la comunidad eclesial de Italia para ofrecer un testimonio cada vez más incisivo en todos los ámbitos de la vida del país.
El próximo domingo, en la tarde, en comunión espiritual con cuantos concluirán el Congreso Eucarístico Internacional en Guadalajara (México), presidiré en San Pedro una solemne celebración de apertura del Año de la Eucaristía en toda la Iglesia. Invito a los fieles a participar en gran número en este importante acontecimiento eclesial para ofrecer un homenaje conjunto a Cristo, Luz y Vida del nuevo milenio.
[Traducción del original italiano realizada por Zenit]
