GUADALAJARA, viernes, 15 octubre 2004 (ZENIT.org–El Observador).- El cardenal Stephen Fumio Hamao, presidente del Consejo Pontificio para los Emigrantes e Itinerantes, constató frente a un millón de personas, que en un mundo acostumbrado a privilegiar el principio de la mayoría, «debemos vigilar con atención el riesgo de perder con ello la verdad de las minorías».
En la homilía de la misa celebrada este jueves en los alrededores de la glorieta de La Minerva, el purpurado japonés aclaró que «la gracia y el Espíritu Santo no se rigen por criterios de mayoría».
El cardenal estaba acompañado en el altar por los cardenales Joez Tomko, Juan Sandoval, Francis Arinze y Juan Luis Cipriani.
Hamao resaltó el hecho de que «por la Sagrada Comunión nos unimos al espíritu de Jesús, divino y humano, que se ha entregado a nosotros con el amor verdadero que se pone a total disposición de los demás».
Como el mismo cardenal Hamao había adelantado en la víspera a Zenit–El Observador, su homilía giró en torno al amor eucarístico que «nos obliga a hacer aquello que es un bien para los otros; lo que ofrece al prójimo una vida mejor».
Por eso –recalco– la razón de ser de la Iglesia es la difusión de ese amor, fruto de la oblación de Jesús; por eso «todos debemos considerar a nuestros vecinos como verdaderos hermanos y hermanas, y compartir sus gozos y sus esperanzas, sus sufrimientos y tristezas y ayudar a reparar los pecados cometidos».
La Iglesia católica no puede permanecer –por su unión estrecha con la Eucaristía que la edifica– ajena a los problemas que aquejan al hombre de hoy. «Es cometido suyo –dijo el cardenal Hamao citando al Papa Juan Pablo ll–, contribuir con la luz del Evangelio a la edificación de un mundo habitable y plenamente conforme al designio de Dios».
Entre los pobres, los débiles y los humildes a los que la Iglesia tiene que servir, desde la fe en Jesús Eucaristía, se encuentran hoy en el mundo «masas de refugiados, migrantes, víctimas del tráfico de personas, especialmente mujeres y niños», advirtió el encargado del Papa para los emigrantes e itinerantes.
Al concluir su homilía, el cardenal Hamao advirtió que en Asia y Oceanía habitan las dos terceras partes de la población mundial.
«Entre ellos –concluyó–, los cristianos formamos un pequeño rebaño, pero contamos con la fuerza del Espíritu Santo que, a través del sacramento de la Eucaristía, nos hace avanzar con coraje en la fe, nos da la esperanza y nos exhorta a la caridad de Jesucristo para construir y difundir, también en estos mismos continentes, el Reino de Dios».