GUADALAJARA, viernes, 15 octubre 2004 (ZENIT.org–El Observador) Entrevistado este jueves por los medios de comunicación, entre los cuales se encontraba Zenit–El Observador, el cardenal Jozef Tomko, Legado para el 48 Congreso Eucarístico Internacional que se celebra en Guadalajara del Papa Juan Pablo II, manifestó que este encuentro tiene una importancia decisiva para la vida religiosa en el mundo.
En ese mismo día, el purpurado eslovaco, cercano colaborador del Papa en estos 26 años de pontificado, se reunió con los delegados nacionales de los 87 países que se han registrado como participantes en el Congreso.
A continuación reproducimos la entrevista con preguntas colectivas de diferentes medios de prensa acreditados al Congreso Eucarístico Internacional.
–¿Qué importancia ha tenido para la Iglesia este Congreso?
–Cardenal Tomko: Aunque hemos visto distintas y variadas manifestaciones en otros congresos del mundo, lo que vivimos aquí en México, con la romería de la Virgen de Zapopan y el Congreso Eucarístico Internacional, es realmente importante no sólo para el país, sino para el mundo. El Congreso Eucarístico no es un evento local, pues aquí iniciará el Año de la Eucaristía para el mundo, el domingo próximo, con palabras del Santo Padre Juan Pablo II… Hoy, la noticia en todos los medios del mundo es que México es el centro de la humanidad, pues es el centro de atención de toda la Iglesia, lo cual resulta una experiencia impresionante e importante.
–¿Qué le espera a la Iglesia de México en el futuro?
–Cardenal Tomko: Se advierte ahora una gran libertad y democracia, visible no sólo por los visitantes, que renuevan la esperanza de la Iglesia católica y la sociedad mexicana.
–¿Qué opina sobre el fenómeno de la emigración?
–Cardenal Tomko: Es un problema grave, porque cuando hay hambre, la migración es necesidad: impacta en primer lugar a la familia, al dividirla, y a la Iglesia después. Si bien la Iglesia no puede resolver esas situaciones, sí apoya y se preocupa por las familias, centro de su afecto; por los obreros y los pobres, personas de las que son responsables las sociedades del mundo.
–Los jóvenes son importantes para el Papa. ¿Qué les dice a ellos, que tienen hambre de amor y de fe?
–Cardenal Tomko: Que sean siempre los centinelas, como dice el Santo Padre, «centinelas de la aurora» y de un futuro más claro, lleno del sol maravilloso que tienen aquí. Los jóvenes, llenos de vitalidad, son el futuro del hombre, la esperanza del Papa, de la Iglesia y toda la sociedad.
–¿Qué le han dicho sobre este Congreso los demás cardenales y obispos?
–Cardenal Tomko: Su entusiasmo por México y Guadalajara. El próximo domingo tendremos un mensaje de Su Santidad Juan Pablo II, en la clausura; resulta estremecedor que coincida con sus 26 años de pontificado, si recordamos que su primer viaje intercontinental fue a México…
–¿Cómo imagina usted el sentir del Papa en este contexto?
–Cardenal Tomko. Yo lo acompañé en su visita de 1979, y desde entonces, cuando él ve a México o a los mexicanos, sus ojos brillan…