Juan Pablo II recuerda el testimonio de los misioneros asesinados

Recuerda el compromiso de todo bautizado de ser evangelizador

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 24 octubre 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II agradeció este domingo, Jornada Mundial de las Misiones (DOMUND), el testimonio de los misioneros que han dado la vida por Cristo y recordó que todo bautizado está llamado a ser misionero.

En ese día dedicado «a la oración y al apoyo a las misiones», el Santo Padre imploró el surgimiento de nuevas vocaciones misioneras al saludar a los miles de peregrinos presentes a mediodía en la plaza de San Pedro del Vaticano.

«Todos los creyentes están invitados a reavivar su propia responsabilidad en el anuncio del Evangelio a todas las gentes», recordó el Papa, quien alentó «las iniciativas diocesanas y parroquiales orientadas a este objetivo».

En sus breves palabras, el obispo de Roma dio «profundamente las gracias a todos los misioneros y misioneras, comprometidos en las fronteras de la evangelización. Les aseguro un recuerdo especial en la oración».

«De manera particular, pienso en cuantos han coronado con el sacrificio de la vida el testimonio de Cristo y el servicio al hombre», añadió.

El pontífice concluyó elevando sus oraciones para que Dios conceda «el don de numerosas vocaciones a la vida misionera» «por doquier en la Iglesia».

En el último año, 2003, fueron asesinados 35 misioneros, según informa la agencia Fides de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.

Entre ellos se encuentra el arzobispo irlandés Michael Courtney, de 58 años, nuncio apostólico en Burundi, quien fue asesinado el 29 de diciembre, a causa de su compromiso por la reconciliación en ese país africano desangrado por la guerra interna.

Fueron asesinados además en ese año 20 sacerdotes, 3 religiosos, 2 religiosas, 3 seminaristas, 1 catequistas, 3 voluntarios laicos, y dos laicos que desempeñaban actividades misioneras.

El continente más peligroso para los misioneros es África (22 de los asesinados perdieron la vida en ese país, en particular, 8 en la República Democrática del Congo y 6 en Uganda). Colombia es otro de los países en los que el anuncio del Evangelio se hace altamente peligroso: en el último año fueron asesinados seis misioneros en ese país.

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ZENIT Staff

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