ROMA, viernes, 29 octubre 2004 (ZENIT.org).- El Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, presentado el lunes 25 de octubre ha sido apreciado en diversos ámbitos del Parlamento Europeo.
Según ha explicado a Zenit Giorgio Salina, vicepresidente de la plataforma «Cristianos por Europa», este texto publicado por el Pontificio Consejo de la Justicia y la Paz es «fuente de inspiración, instrumento de referencia, criterio de interpretación de los signos de los tiempos para quien actúa en el ámbito social y político».
Salina define el Compendio como «una obra necesaria que contribuye a convertir en cultura la fe, es decir, a hacer de la fe en Cristo Señor, muerto y resucitado por el hombre, mentalidad, criterio de juicio de la realidad, criterio de evaluación de la acción».
El vicepresidente de «Cristianos por Europa» subraya que uno de los objetivos del Compendio «es el desafío cultural afrontado teniendo en cuenta la dimensión interdisciplinar».
«Esta es una ayuda fundamental para trabajar en la delimitación y descripción de toda la dignidad cultural de la visión cristiana del hombre y la sociedad, superando un sentimiento de inferioridad respecto a otras culturas, a veces sólo más arrogantes».
Esta experiencia es magistralmente descrita por la socióloga Danièle Hervieu-Léger, añade Salina: «…el problema principal del catolicismo hoy es el de sufrir una descalificación cultural; un mundo de creencias y valores que se está deslizando definitivamente hacia la insignificancia cultural».
«Si se me permite un amargo comentario –declara el político cristiano–, parece la descripción de algunas sesiones del Parlamento Europeo, tanto plenarias como en comisión, en temas como el derecho a la vida, derechos civiles, dignidad e igualdad de oportunidades, libertad de religión y de pensamiento».
Volviendo a la Doctrina Social, Salina precisa que «la estructuración del Compendio facilitará no sólo la aproximación interdisciplinar sino también la comprobación de la amplitud de la Doctrina sobre cada argumento incluso complejo, contemplado reiteradamente por los sumos pontífices».
«La visión total hecha así más fácil, también para nosotros los estudiosos, me parece que consolida la fe y muestra mejor su compatibilidad con la razón, dando raíces a la postura cultural».
Salina concluyó afirmando que «ya la introducción sobre el humanismo integral me parece un verdadero manifiesto programático. Con frecuencia, la solidaridad se une a la justicia, mientras que aquí se une a la integridad de la concepción de la realidad, del hombre, de la vida. Indicación bastante más motivadora y estimulante que ilumina el sentido profundo de la civilización del amor».
