ROMA, viernes, 29 octubre 2004 (ZENIT.org).- Con mil habitantes, Loppiano (Italia), la primera de las 33 ciudadelas internacionales –presentes en los cinco continentes– de los Focolares, cumple ese mes 40 años y lo celebra con la inauguración, el sábado, de la iglesia «María Theotókos».
Casi dos años han llevado los trabajos para levantar –con la contribución de la Conferencia Episcopal italiana– el complejo, que también incluye una capilla ecuménica y un auditorio para 1.200 personas. «Una iglesia de piedra tras 40 años de testimonio de unidad realizada entre piedras vivas» es el lema de este acto.
Situada en las colinas toscanas en los alrededores de Florencia con escuelas, empresas y centros artísticos, la ciudadela de Loppiano cuenta hoy con unos 1.000 habitantes de 70 naciones: desde Rusia, Portugal, Jordania y Líbano a Burundi, Tierra del Fuego, Japón y Australia.
Estudiantes y profesores, profesionales, artesanos, campesinos, artistas, familias, religiosos y sacerdotes, cristianos de distintas Iglesias y fieles de otras religiones forman este «prototipo de una nueva sociedad basado en la ley evangélica del amor», explica un comunicado del movimiento eclesial.
Más de 40.000 visitantes pasan cada año por Loppiano, cuyo aniversario representa también la llegada a la meta de la iglesia de la ciudad dedicada a «Maria Theotókos», la «Madre de Dios».
La solemne concelebración de inauguración tendrá lugar el sábado y estará presidida por el cardenal Ennio Antonelli –arzobispo metropolita de Florencia— y por monseñor Luciano Giovanneti, obispo de Fiesole.
«Nos parecía que la iglesia de piedra tenía que venir después de haber dado un testimonio colectivo de unidad realizado entre piedras vivas», explicó Chiara Lubich –fundadora del movimiento de los Focolares– cuando se puso la primera piedra de la iglesia el 15 de mayo de 2003.
No sólo cristianos honran a María en esta iglesia. Ha llegado de la India un gran cuadro enriquecido con láminas de oro y piedras semi-preciosas, obra de un artista hindú, que representa a María junto al Niño.
Junto a los prelados italianos, en la inauguración, estarán presentes Chiara Lubich y el monje budista tailandés Pra Maha Thongrattana, cuya permanencia en Loppiano en 1992 fue determinante para el inicio de un fructífero diálogo entre los monjes budistas tailandeses y los Focolares.
La nueva iglesia acogerá además los restos de Renata Borlone (1930-1990), durante años constructora y co-responsable de Loppiano, y actualmente en proceso de beatificación.
En este año del 40° aniversario de la ciudadela de Loppiano también se han iniciado los trabajos de construcción del polo empresarial. Existen otros polos en Brasil, Argentina, Estados Unidos, Portugal, Francia y Bélgica.
Buscan dar visibilidad al proyecto de la «Economía de Comunión» –iniciado por Lubich hace trece años–, que inspira la gestión de 270 empresas de producción en Italia y en total 800 en el mundo (Cf. www.edc-online.org).
El pasado mes de julio los Focolares recordaron, a los 40 años de su muerte en un accidente, a un promotor de los jóvenes en el movimiento, «Eletto» Vincenzo Fonolari.
Pocos años hacía de su fundación cuando Eletto conoció el movimiento de los Focolares. Al trasladarse a los pocos meses a Roma para matricularse en la Universidad, el joven escribió a Chiara Lubich: «He elegido a Dios para siempre, ¡sólo a Él! Ninguna otra cosa», le dijo.
También le comunicó que quería dar al movimiento de los Focolares todos los bienes que había recibido en herencia. Entre ellos había un amplio terreno a treinta kilómetros de Florencia, donde se pudo levantar la actual ciudadela de Loppiano.
Desaparecido a los 33 años de edad en las aguas del lago de Bracciano (al noroeste de Roma), el cuerpo de Eletto nunca se encontró.
«Eletto era tan bueno, tan humilde, que pertenecía más a Dios que a nosotros y Él, quizás por esto, le ha llamado –recordaba Lubich a los pocos días de la tragedia–. Ahora está con Jesús a quien ha amado, con María y con los nuestros que están en el Paraíso y, después de que se sentía el último, se ha convertido en el primero».
El Movimiento de los Focolares –«Obra de María»–, surgido en 1943 en la ciudad italiana de Trento, involucra hoy a cuatro millones y medio de personas en 182 países; más de dos millones son adherentes y simpatizantes –pertenecen también a Iglesias no católicas, a religiones no cristianas o no son creyentes–.
Chiara Lubich inició esta corriente de espiritualidad centrada en el amor, expresado en el Evangelio, que suscitó un movimiento de renovación espiritual y social: la espiritualidad de la unidad, que se traduce actualmente en diálogo dentro de la Iglesia, diálogo ecuménico, diálogo interreligioso y diálogo con los no creyentes.
Más información en www.focolare.org y www.loppiano.it .
