¿Turquía en Europa? La Santa Sede deja la decisión a los criterios establecidos por la UE

Según el arzobispo Giovanni Lajolo, secretario para las Relaciones con los Estados

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 31 octubre 2004 (ZENIT.org).- La Santa Sede no tiene una posición oficial sobre el ingreso de Turquía en la Unión Europea, considera que la decisión debe tomarse según las reglas establecidas por la misma Unión, según afirma el secretario vaticano para las Relaciones con los Estados.

El arzobispo Giovanni Lajolo, en una entrevista concedida al diario turinés «La Stampa» este viernes aclara que «en caso de adhesión, Turquía tiene que responder a todos los criterios políticos expuestos en la Cumbre de Copenhague, en diciembre de 2002».

Estos criterios incluyen la completa garantía de los derechos humanos así como la plena libertad religiosa individual y corporativa, «fundada en la dignidad del hombre».

El prelado analiza en particular la situación de la libertad religiosa en el país, y recuerda que «no sólo tiene que ser garantizada a nivel de Constitución, de legislación y de administración, sino que debe ser también eficazmente tutelada en los aspectos concretos del tejido social».

Quienes se oponen a la entrada de Turquía en la UE consideran que esta decisión podría debilitar la unidad cultural de nuestro continente, precisamente en un momento en el que ésta parece decolorarse en un genérico relativismo.

Quienes la promueven, considera que de este modo se podría ofrecer al mundo islámico un importante ejemplo de integración y de rechazo del así llamado «choque de civilizaciones».

Estos argumentos, considera monseñor Migliore, muestran que «lo que se está jugando tiene una relevancia trascendental, y es por tanto muy comprensible que algunos gobiernos europeos quieran ser apoyados en su decisión por un referéndum».

«De todos modos, la Santa Sede no tiene miedo de una ampliación de Europa –asegura–: Juan Pablo II ha hablado en ocasiones de una Europa unida el Atlántico hasta los Urales. Es decisivo que la nueva Europa tenga una profunda cohesión interior».

El hombre del Papa para las relaciones con los Estados considera que «debería prestarse más atención a estados ya candidatos, como Rumania, Bulgaria, Croacia, así como a Ucrania, Moldavia, Georgia, Armenia, países que tienen una antigua y gran cultura».

«Y la lista podría continuar con otros Estados de los Balcanes, como Serbia y Montenegro, Macedonia y Albania, de los cuales no puede prescindir Europa y a los que también se siente muy cercana la Santa Sede», concluye.

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ZENIT Staff

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