TURÍN, martes, 2 noviembre 2004 (ZENIT.org).- La archidiócesis italiana de Turín (www.diocesi.torino.it) vuelve a proponer a los jóvenes una serie de encuentros para comprender la política a través de momentos de confrontación y animación, siguiendo el ejemplo del beato Piergiorgio Frassati.
El proyecto, orientado a dar vida a una escuela de política «a medida de jóvenes», está realizado por la Oficina de Pastoral Social y del Trabajo, en colaboración con Cáritas diocesana y la Oficina para los Jóvenes, y toma su nombre de un joven que supo casar sus valores cristianos con el compromiso social y político.
A la luz de las actividades de la «Escuela de formación para el compromiso social y político», iniciada en 1988, el padre Gianni Fornero –fallecido el pasado 4 de junio y anterior responsable de la Pastoral del Trabajo— subrayó la necesidad de ofrecer a los jóvenes momentos de reflexión, profundización y diálogo sobre la ciudadanía activa y la política, apunta «Korazym.org».
A partir de esta constatación inició su actividad el año pasado, en noviembre, un camino formativo para jóvenes a partir de 18 años en este terreno.
Este año, programada todos los sábados del mes, se volverá a vivir la experiencia con la coordinación del padre Daniele Bortolussi, nuevo responsable de la Oficina citada. Se mantiene la estructura de la edición anterior: cuatro encuentros, cada uno de ellos centrado en principios del magisterio social de la Iglesia: centralidad de la persona, bien común, solidaridad y subsidiariedad.
La metodología elegida no se reduce a presenciar las intervenciones de los expertos, sino que comprende actividades de simulación y trabajo en grupos para permitir una participación verdaderamente activa.
Y es que «el objetivo principal del Proyecto Frassati es hacer comprender que “hacer política” es, antes que un compromiso formal en partidos o asociaciones, una actitud cotidiana de búsqueda, formación y participación», explica el padre Bortolussi.
La «Escuela de formación para el compromiso social y político» propone más ocasiones de crecimiento y preparación en el campo socio-político, de forma que los grupos juveniles parroquiales, al término del «mini-curso», podrán proseguir un camino de profundización autónomo.
La novedad del próximo año es el grupo de formación-reflexión-elaboración, formado por miembros del equipo 2003-2004 y por interesados que hayan participado en las iniciativas formativas del año pasado.
Igualmente se pretende la redacción –de acuerdo con la Oficina de Pastoral Juvenil y la Oficina catequística– de un instrumento «oficial», «útil» e «inmediatamente aprovechable» para la formación de los grupos adolescentes de las parroquias
Definiéndole como el «hombre de las ocho bienaventuranzas», Juan Pablo II reconocía respecto a Piergiorgio Frassati –al visitar su sepultura en 1989–: «También yo, en mi juventud, sentí la beneficiosa influencia de su ejemplo y, como estudiante, me impresionó la fuerza de su testimonio cristiano».
Joven de la Acción Católica fallecido a los 24 años de edad, Piergiorgio Frassati (1901-1925) era de origen turinés. Su madre era Adelaide Ametis. Su padre, Alfredo Frassati, fue fundador y director del diario «La Stampa».
Piergiorgio formó parte del Apostolado de la Oración, Congregación Mariana y Adoración Nocturna. Recibía a diario la Eucaristía y tenía particular devoción a la Virgen.
En 1918 se inscribió en las Conferencias de San Vicente de Paúl y desde entonces ayudó moral y materialmente a los necesitados y enfermos, y se ocupó de los niños huérfanos y de los soldados que volvían de la guerra.
Para estar cercano a los mineros decidió estudiar la especialidad de ingeniero de minas en el Politécnico de Turín. Entonces entró en la Juventud Católica (GCI) y en la Federación Universitaria Católica (FUCI), y tomó parte activa en congresos, reuniones y manifestaciones.
Se afilió al Partido Popular recién fundado por el sacerdote Sturzo con el deseo de contribuir a la elevación social, moral y económica de los obreros.
En Alemania –donde su padre había sido nombrado embajador– conoció a Karl Rahner –considerado como uno de los teólogos más influyentes del siglo XX–, quien escribió sobre el joven Frassati: «Lo que en él más impresionaba era la pureza, su alegría irradiante, su piedad, su libertad de hijo de Dios para admirar cuanto había de bello en el mundo, su sensibilidad social, la conciencia de que debía compartir la vida y suerte de la Iglesia».
El 14 de mayo de 1922 Piergiorgio se inscribió en el círculo «Milites Mariæ» de la Sociedad de la Juventud Católica (rama masculina de la Acción Católica) en su parroquia. Siempre estaba en primera fila cuando se trataba de defender la dignidad humana. Se opuso al fascismo como antes se había opuesto a la violencia y atropellos de los comunistas.
Apasionado por la montaña, hacía de sus excursiones una oportunidad de apostolado y oración en común. Poco antes de obtener el título de Ingeniero de Minas, enfermó de poliomielitis. Murió, tras una semana de sufrimientos, el 4 de julio de 1925.
Su vida dedicada al estudio, a la piedad, a la caridad y al apostolado pronto se convirtió en ejemplo para los jóvenes. Juan Pablo II beatificó a Piergiorgio Frassati el 20 de mayo de 1990.