CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 3 noviembre 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha expresado públicamente su dolor por la muerte del cardenal belga Gustaaf Joos, amigo de juventud, fallecido este martes a los 81 años en Landskouter.
En un telegrama enviado con este motivo al cardenal Godfried Danneels, arzobispo de Bruselas, el Papa recuerda los años en que siendo jóvenes estudiaron juntos en Roma, donde trabaron amistad, y recuerda el mérito de una vida entregada a las «tareas pastorales».
Al recibir la noticia, del fallecimiento de su amigo, el Papa se retiró en oración, según ha informado «Radio Vaticano».
El cardenal Joos fue una de las sorpresas del último consistorio de creación de cardenales, celebrado el 21 de octubre de 2003.
Cuando el Papa había pronunciado semanas antes en el anuncio público su nombre, casi ninguno de los que le escuchaban en la plaza de San Pedro del Vaticano sabía a quién se refería. No ayudaba tampoco el saber que ese sacerdote era canónigo de la catedral de Gand en Bélgica.
Gustaaf Joos, nacido el 5 de julio de 1923, tras ser ordenado sacerdote en 1946, se fue a Roma para sacar un doctorado en Derecho Canónico en la Universidad Pontificia Gregoriana. En su misma residencia, el Colegio Belga, durante dos años, vivía un sacerdote polaco, Karol Wojtyla, que preparaba bajo la guía del dominico francés Garrigou-Lagrange una tesis doctoral sobre san Juan de la Cruz.
El padre Joos, que ha tenido tres hermanos sacerdotes, uno de ellos misionero en Japón, mantuvo a partir de entonces su amistad cercana con su amigo polaco. Cuando Wojtyla fue nombrado arzobispo de Cracovia o sucesor de Pedro siguieron viéndose más o menos una vez al año.
El padre Joos fue, entre otras cosas, profesor de Teología Moral y de Derecho Canónico en el seminario de Gand. Ha sido también vicario judicial de la diócesis.
Con su fallecimiento, el número de cardenales de la Iglesia católica es de 186, de los que 122 son electores y 64 no electores (pues han cumplido los ochenta años).