RIMINI, miércoles, 3 noviembre 2004 (ZENIT.org).- La Eucaristía y el proyecto de oración y adoración «Zarza Ardiente» han sido los temas centrales de la 28 Conferencia de Animadores de la Renovación (carismática) en Espíritu Santo (RnS), celebrada en Rimini (Italia) del 29 de octubre al 1 de noviembre.
En el encuentro, han participado más de cuatro mil responsables del movimiento católico, provenientes de 1.800 grupos y comunidades de toda Italia.
¿En qué consiste el proyecto «Zarza Ardiente» y en qué medida la Renovación en el Espíritu proyecta difundirlo en un mundo que parece cada vez más secularizado? Zenit se lo ha preguntado a Salvatore Martínez, coordinador para Italia de la Renovación en el Espíritu.
«Creo que, en este momento, el Espíritu Santo está pidiendo a la Renovación impulsar la oración, más allá de las necesidades de las personas, familias y grupos; a que sea más plenamente un instrumento en sus manos para la construcción del Reino de Dios», afirma.
«Y, de manera más profunda, a ser fuente potente de intercesión para la Iglesia y el mundo en estos tiempos difíciles», añade.
«Estoy convencido –subraya Martínez– que en este tercer milenio la fe tendrá cada vez más necesidad de apoyarse en una espiritualidad carismática, que encuentra en la presencia imprevisible e insustituible del Espíritu su mayor fuerza de incidencia».
«En estos años hemos experimentado en Italia, de diversas maneras, la bendición que acompaña a la difusión de la “Zarza Ardiente”: jornadas diocesanas y regionales, vigilias, fines de semana, triduos, semanas de retiro, atravesadas por una oración nueva en su fervor», explica.
«Deseamos que esta iniciativa, tan ligada a la espiritualidad de la Renovación y por eso mismo causa de nuevo estupor en la presencia y en la acción del Espíritu, pueda encontrar cada vez más difusión y promoción como ‘gracia del despertar’ de la oración en el Espíritu, patrimonio de toda la Iglesia y no sólo de nuestro Movimiento», indica.
Respecto al pensamiento del Pontífice sobre este proyecto Martínez recuerda que el 29 de mayo de 2004, Juan Pablo II quiso celebrar las solemnes vísperas de Pentecostés con la Renovación en el Espíritu Santo y que en aquella ocasión, en presencia de más de veinte mil personas, en su homilía, dirigió una bendición especial al proyecto «Zarza Ardiente» augurando que, mediante el mismo, la Renovación contribuya a la difusión de la espiritualidad de Pentecostés, justamente en el año internacional dedicado a la Eucaristía.
«Animó en este sentido la iniciativa denominada ‘Zarza Ardiente’, promovida por la Renovación en el Espíritu –dice Martínez recordando las palabras del Santo Padre–. Se trata de una adoración incesante, día y noche, ante el Santísimo Sacramento; una invitación a los fieles ‘volver al Cenáculo’ porque, unidos en la contemplación del Misterio eucarístico, intercedan por la plena unidad de los cristianos y por la conversión de los pecadores».
«Deseo de corazón que esta iniciativa conduzca a muchos a redescubrir los dones del Espíritu que tienen en Pentecostés su manantial», dijo en aquella ocasión el Papa.
Desde 1997, en muchos países del mundo y en especial en Europa, se ha difundido la «visión» de la «Zarza Ardiente» que representa, según Martínez, «una auténtica oportunidad para muchas comunidades eclesiales apagadas, débiles en la oración, poco dóciles al abandono en Espíritu Santo».