A pesar de la violencia, los salesianos se quedan en Costa de Marfil junto a su gente

«No hemos pensado en ningún momento marcharnos de aquí»

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MADRID, lunes, 8 noviembre 2004 (ZENIT.org).- Los misioneros salesianos que trabajan en Costa de Marfil han decidido quedarse junto a las comunidades entre las que desempeñan su obra evangelizadora a pesar de la escalada de violencia que vive el país africano.

«No hemos pensado en ningún momento marcharnos de aquí», ha afirmado el salesiano español Lorenzo Campillo, director de la comunidad salesiana de Abiyán y párroco de la iglesia de San Francisco de Asís de la ciudad, donde trabajan otros cinco salesianos españoles.

El padre Campillo, en conversación telefónica mantenida este lunes de la que ha informado a Zenit la familia religiosa, ha señalado que todos los salesianos «están bien y que, poco a poco, la situación vuelve a la normalidad, aunque no del todo».

Lorenzo Campillo señalaba que este lunes la «situación parece más calmada que en días pasados».

En el país africano hay 12 salesianos españoles que trabajan en las ciudades de Abiyán, Duékoué y Korhogo.

En los días pasados, ha informado el salesiano español a sus hermanos en religión, «hubo momentos muy difíciles de pillaje, disparos y enfrentamientos» especialmente en un barrio residencial de Abiyán habitado mayoritariamente por occidentales.

La parroquia salesiana está situada en un barrio popular de la capital de Costa de Marfil y los salesianos no han sufrido ningún tipo de incidente.

«Muchos extranjeros, alrededor de mil, se han agrupado en el campamento militar francés, pues han perdido la vivienda, han incendiado sus casas, negocios, etc.», revela.

«El domingo –cuenta el padre Campillo– celebramos las misas con normalidad y sí notamos una mayor afluencia de gente».

Las actividades de la parroquia y el centro de acogida de chicos de la calle, que atienden los salesianos, han continuado su actividad. Para moverse por la ciudad, los salesianos se hacen acompañar de jóvenes nativos y, así, «nos sentimos protegidos», afirma el párroco que añade, «no hemos pensado en marcharnos pues sentimos el cariño de la gente y nuestro servicio aquí es necesario».

Otra de las comunidades salesianas del país está situada en la ciudad de Duékoué y, según datos ofrecidos por los salesianos de Abiyán, los religiosos se encuentran bien. En este centro salesiano hay un campamento de refugiados donde se ha atendido a más de 5000 refugiados provenientes, en su mayoría, de Burkina Faso.

No hay noticias, sin embargo, de la comunidad salesiana de Korhogo, al norte del país y en la zona bajo control de los rebeldes, pues se han cortado las comunicaciones.

Los salesianos en esta ciudad han tenido que cerrar el colegio por orden de las fuerzas rebeldes. En esta comunidad hay cuatro salesianos, dos de ellos españoles.

Juan Pablo II pidió este domingo que «callen las armas» en Costa de Marfil (Cf. Zenit, 7 de noviembre de 2004.

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ZENIT Staff

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