El Vaticano invita a los hindúes a trabajar juntos a favor de la infancia

En el mensaje enviado con motivo de la fiesta Diwali

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CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 8 noviembre 2004 (ZENIT.org).- La Santa Sede invitó este lunes a los hindúes de todo el mundo a trabajar junto a los católicos para ofrecer ayuda concreta a los niños y niñas más desafortunados.

El mensaje está firmado por el arzobispo Michael L. Fitzgerald, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, y tiene lugar con motivo de la fiesta de Diwali, que simboliza la victoria de la luz sobre la oscuridad, del bien sobre el mal. Este año la fiesta será celebrada por muchos hindúes el 12 de noviembre.

El tema escogido para el mensaje de este año, publicado el lunes por la Sala de Prensa de la Santa Sede en inglés, francés e italiano es «Colaboración entre hindúes y cristianos con especial referencia a la infancia».

El prelado británico explica en el texto que Jesús invitó a ser «como los niños» para entrar «en el Reino de los Cielos». «Pero al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos, y le hundan en lo profundo del mar», advertía Cristo en el capítulo 18 del Evangelio de Mateo.

«Mientras os esforzáis durante el Diwali por vencer las tinieblas con la luz, el mal con el bien y el odio con el amor, quisiera proponeros, como amigo vuestro, cristiano, que centréis la atención en los males de la sociedad que afligen a los niños», afirma.

Y cita algunos: «Trabajo forzado, desintegración de la familia, reclutamiento en grupos militares, tráfico de órganos y de personas, abusos sexuales, prostitución obligada, sida, comercio y consumo de droga».

«¿Qué han hecho los niños para merecer estos sufrimientos?», se pregunta. «Nuestro diálogo entre hindúes y cristianos, ¿no podría asumir formas concretas al unirnos en una acción común a favor de los niños más desafortunados, que con frecuencia son víctimas inocentes de la guerra y de la violencia, de la escasez de alimentos y de agua, de la emigración forzada y de tantas formas de injusticia presentes en el mundo?».

«Soy plenamente consciente –reconoce monseñor Fitzgerald– de que ya existe una colaboración entre los seguidores de nuestras dos tradiciones religiosas, pero podemos y debemos hacer más, porque se trata de un problema serio, es más, trágico».

El representante vaticano asegura que «vuestras sugerencias acerca de qué más se podría hacer para que los niños ocupen el lugar que les corresponde en la sociedad serán bien acogidas».

«Nuestros niños son nuestro futuro; son el futuro de la humanidad», concluye el presidente del Consejo pontificio.

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ZENIT Staff

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