CIUDAD DEL VATICANO, martes, 9 noviembre 2004 (ZENIT.org).- Lejos de ser «ficciones», la eutanasia y el encarnizamiento terapéutico ocurren «a diario» y se «multiplican», y «requieren una respuesta válida por parte de la Iglesia católica», afirmó el presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, el cardenal Javier Lozano Barragán.
Por esta razón el dicasterio –entre cuyas funciones está la de «responder a las cuestiones últimas de la existencia humana»– ha organizado la XIX Conferencia Internacional sobre «Los Cuidados Paliativos» en su dimensión sanitaria, jurídica, cultural, mediática e interreligiosa, cuya celebración tendrá lugar del 11 al 13 de noviembre en el Vaticano.
Para hablar de estos temas han sido convocados importantes especialistas de Asia, América y Europa, «y contamos con la colaboración cualificada de África», subrayó el purpurado al presentar este martes la iniciativa a la prensa.
Más de 650 participantes de 74 países se han inscrito ya en este encuentro, al que acudirán 17 embajadores y encargados de Asuntos ante la Santa Sede, tres ministro de Sanidad –de Liechtenstein, Chipre y Portugal– y dos conferencias episcopales –España y Portugal–.
Según explicó el cardenal Lozano Barragán, la iniciativa parte de la aproximación que da la Iglesia a la experiencia del dolor, que remite al misterio de Cristo sufriente, y de su convicción de que la última etapa de la existencia debe estar rodeada por profesionalidad médica y cercanía fraterna, recoge «Radio Vaticana».
Añadió que ese momento no debe ser instrumentalizado, en particular en los casos de enfermos inconscientes, por decisiones agresivas o inaceptables, como el recurso a la eutanasia, o desproporcionadas respecto a la situación del enfermo, como en el caso del encarnizamiento terapéutico.
Y es que «el encarnizamiento terapéutico significa la prolongación inútil de la vida: prolongar dolorosamente una agonía sin que haya ningún recurso para restituir la vida», aclaró el purpurado.
Mientras que los cuidados paliativos «intentan dar de nuevo vida», pero «también logran que el paciente tenga el estado anímico, mental, social y espiritual más adecuado para poder vivir mejor el último momento, que es el más importante, de la vida», prosiguió.
«El objetivo de la asistencia al enfermo terminal es la calidad de vida: acompañarle en sus necesidades, acompañarle hasta la muerte por una calidad también de la muerte», explicó por su parte la doctora Vittorina Zagonel –entre los participantes en la rueda de prensa–, oncóloga y directora de la Sección Oncológica del Hospital Fatebenefratelli de Roma.
Aclaró que se trata de una filosofía que se une con «la necesidad y la exigencia de los cuidados paliativos, con un equipo multidisciplinario integrado en el que estén involucrados médicos, fisioterapeutas, psicólogos, asistentes sociales, asistentes espirituales, voluntarios y la implicación también de la familia» .
Entre las exigencias respecto al estado actual y perspectiva de los cuidados paliativos se hizo referencia al desarrollo de la formación de los médicos en la materia, al reconocimiento de la medicina paliativa como nueva rama de esta ciencia, a la atención del aspecto cultural y divulgativo, y a la búsqueda de fondos para desarrollar la investigación y para las estructuras donde se practique.
A la luz de estas reflexiones, tres grandes etapas recorrerá la Conferencia Internacional convocada por el dicasterio vaticano: la realidad de los cuidados paliativos en el mundo de hoy, la iluminación de estos cuidados con el Evangelio y el diálogo interreligioso y la práctica que hay que seguir (Cf. Zenit, 3 de noviembre de 2004).
«Seremos recibidos por el Santo Padre para que nos dé la iluminación auténtica sobre estos problemas tan grandes de la humanidad actual», confirmó el cardenal Lozano Barragán.
Se puede consultar el programa detallado de la Conferencia Internacional sobre «Los Cuidados Paliativos» así como relación de participantes y sus temas de intervención en www.healthpastoral.org.