Representante vaticano explica en Cuba cómo «construir la paz sin utopías»

La Iglesia no es pacifista sino pacificadora, aclara

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CAMAGÜEY, miércoles, 17 noviembre 2004 (ZENIT.org).- Un representante de la Santa Sede intervino este miércoles en la IX Semana Social Católica de Cuba para ilustrar cómo «construir la paz sin utopías».

La relación del obispo Giampaolo Crepaldi, secretario del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, sobre la «Misión de la Iglesia en la solución pacífica de los conflictos a la luz de la encíclica “Pacem in Terris”» abrió en la catedral de Camagüey las sesiones de trabajo del encuentro que se clausurará el 21 de noviembre.

El obispo italiano explicó la diferencia que hay entre ser pacífico o pacificador y pacifista.

«La paz es la riqueza humana propia de los hombres de paz, de los «pacíficos» de los que habla Jesús en el Sermón de la Montaña: «Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios»» (Mateo 5, 9).

«Pacifista es, por el contrario, quien se moviliza por la paz y hace de ella un proyecto social y político. El pacifismo es algo bueno, pero puede degenerar», reconoció.

«El pacifismo sin protagonistas pacíficos corre el riesgo de llegar a traicionar el objetivo de la paz. Puede convertirse en una ideología, maniquea en sus juicios e incluso intolerante», indicó.

Para dar a entender mejor su pensamiento, el secretario del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz puso el ejemplo de la acción desempeñada por Juan Pablo II y citó un libro del historiador Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de San Egidio, en donde escribe que «el Papa no puede ser calificado de pacifista».

«Ante todo porque siempre ha rendido homenaje a quien ha dado la vida por la salvación de la patria», explicó.

«En segundo lugar –añadió–, porque no ha condenado nunca en un sentido único las guerras, sino siempre y únicamente la guerra. Con frecuencia ha sido el único a recordar a la conciencia de la humanidad las muchas guerras olvidadas».

«En tercer lugar, porque ha sido uno de los primeros en realizar hipótesis de formas adecuadas de intervención humanitaria y de interposición», señaló.

«Pero sobretodo, [Juan Pablo II] no puede ser colocado entre los pacifistas por esa sabiduría del realismo cristiano, según la cual, la única manera de servir a la paz no es la de apoderarse de ella, sino dejarse conquistar por ella».

«La sabiduría del realismo cristiano sabe muy bien que la paz es un don de Dios, antes que una conquista humana», constató.

«La Iglesia ayuda a superar los conflictos sobre todo formando hombres pacíficos y pacificadores», concluyó.

La Semana Social Católica de Cuba tiene como objetivo reflexionar sobre la paz y sus fundamentos –verdad, justicia, amor y libertad–, según quedaron expuestos por Juan XXIII en la «Pacem in Terris».

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ZENIT Staff

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