JERUSALÉN, lunes, 22 noviembre 2004 (ZENIT.org).- «Un llamamiento a todas las personas de fe: visitad Tierra Santa»: es el título del documento que la semana pasada firmaron representantes de distintas confesiones cristianas para invitar a cristianos de todos el mundo a regresar a los Santos Lugares.
El custodio de Tierra Santa –el padre Pierbattista Pizzaballa–, el delegado apostólico en Jerusalén –el arzobispo Pietro Sambi–, altos representantes de la Iglesia ortodoxa griega, rusa y armenia, así como evangélicos firmaron la declaración común el 13 de noviembre.
En ella se pide a cristianos de todo el mundo que regresen a Tierra Santa y ayuden a detener el éxodo de los cristianos de estos lugares.
Es la primera vez que los cristianos firman juntos un documento de este tipo, destaca la agencia «AsiaNews» del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras.
«Hay muchas cosas que nos dividen a los cristianos, pero muchas nos unen. Tierra Santa es una de éstas», manifestó el padre Pizzaballa haciéndose eco de la célebre frase del Papa Juan XXIII.
Monseñor Sambi calificó las peregrinaciones a los Santos Lugares como «un auténtico enriquecimiento y un verdadero gozo del espíritu», y afirmó que constituyen «un aliento espiritual y material a las pequeñas comunidades cristianas» de la región.
Y es que muchos cristianos palestinos viven gracias al turismo religioso en los Santos Lugares. Además los peregrinos pueden crear «una atmósfera de paz» que a su vez podría contribuir a «aliviar la situación de tensión política entre israelíes y palestinos», subrayó el prelado.
No omite el texto llamar la atención de la marcha de los cristianos de Tierra Santa, que hoy representan sólo el 1,6% de la población.
«Con la partida de los cristianos desaparece también la visión cristiana de la persona y de la vida humana precisamente en una región en que estos valores están en claro declive», alerta el documento.
Igualmente denuncia la pasividad de los «gobiernos del Occidente cristiano», que «guiados por una falsa visión de la libertad religiosa y tal vez empujados por un laicismo exasperado», se olvidan de ayudar a los cristianos y socorren a los palestinos sólo por motivos ideológicos y políticos.
El ministro israelí de Turismo, Gideon Ezra, respaldando el documento, aportó cifras relativas a la caída de las peregrinaciones cristianas en Tierra Santa debida al conflicto entre israelíes y palestinos. En el año 2000 los cristianos constituían el 60% de los 2,6 millones de turistas en Israel; en 2004 la proporción ha descendido al 29%.
