MADRID, miércoles, 15 diciembre 2004 (ZENIT.org).-«Fernando Rielo es uno de los grandes líderes que ha dado el siglo XX a la Iglesia y a la Humanidad». Así ha definido Jesús Fernández Hernández, presidente de los Misioneros Identes al fundador Fernando Rielo, enterrado este miércoles en Madrid.
Fernando Rielo Pardo falleció a los 81 años el pasado día 6 de diciembre en Nueva York. Los funerales se celebraron este miércoles en la Catedral de Nuestra Señora de la Almudena y sus restos descansan en el cementerio de la Almudena.
El presidente del Instituto Id de Cristo Redentor, Misioneras y Misioneros Identes, Jesús Fernández Hernández, ha escrito un mensaje con ocasión del fallecimiento del fundador de esta nueva forma de vida consagrada en el que afirma que «en Fernando Rielo, cualquier ser humano, de cualquier religión o ideología, tenía siempre un amigo, un apóstol, un maestro, un humanista».
El presidente de los Misioneros Identes reconoce que «soy testigo de que pasó su vida haciendo bien a todos en lo religioso y en lo humano».
Fernando Rielo fundó la Institución de las Misioneras y Misioneros Identes en 1959 en Santa Cruz de Tenerife. Desde el pasado octubre la Santa Sede confirió a esta entidad el rango de nueva forma de vida consagrada basada en lo que llaman «la santidad filial», que responde a la propuesta de «Id y predicad el Evangelio» (de aquí el término idente).
Fernando Rielo es artífice de otras obras culturales y humanitarias como la Fundacion Cultural Fernando Rielo, la Escuela Idente, la Juventud Idente, el Voluntariado Idente, etc.
Desde 1988 vivía en Nueva York donde recibió asistencia médica hasta su muerte. La Institución se ha extendido por numerosos países de Europa, América, Asia y África, fundando unas noventa casas distribuidas en veinticinco naciones en estrecha colaboración con las diócesis donde residen. y tradiciones.
«Lo que las Misioneras y Misioneros Identes hemos recibido de nuestro padre fundador alcanza muchos ámbitos: su carisma y su pensamiento nos ayudan a vivir y ahondar en la revelación que culmina en Cristo y su Iglesia, asumiendo la tarea de la santidad para vivirla y transmitirla lo mejor posible», afirma Jesús Fernández Hernández.
Además, el presidente del Instituto confiesa que el testimonio de Fernando Rielo «nos lleva a acercarnos a todos los seres humanos sin distinción de religión o ideología. Nos hace estar allí donde hay cualquier tipo de carencia, ya sea de orden espiritual, de orden moral o de orden físico, y, sobre todo, allí donde se necesita sacar a los demás de la ignorancia, de la miseria, de las enfermedades».
Por su parte, Ascensión Escamilla, responsable de prensa de la Fundación Rielo y misionera idente, ha expresado a Zenit que «lo que más me ha impresionado siempre de nuestro amado padre fundador es su convivencia con nuestro Padre Celeste, con las Personas Divinas. Era tan íntima e intensa, que todo lo que hacía o decía te hablaba de Ellas».
Escamilla añade que el fundador «no cesó ni un solo instante de su vida –aún cuando ya casi no podía hablarnos físicamente–, de exhortarnos a que fuéramos santos como nuestro Padre Celeste lo es, que era lo que él recibió como misión de su vida, el día que cumplía 16 años. Por ello ofreció su vida y su salud, suplicándole al Padre que fuera él quien sufriera y no nosotros, sus hijos».
Doctor Honoris Causa por la Universidad de Loja, miembro de la «Academia Norteamericana de la Lengua Española» y del «Centro Internacional de Estudios Hispánicos», Fernando Rielo fundó la «Asociación Sanitaria Fernando Rielo», establecida en Roma para la asistencia médica y civil de los inmigrantes, en colaboración con Cáritas Internationalis.