NUEVA YORK, viernes, 17 diciembre 2004 (ZENIT.org).- En 1999, el escritor británico John Cornwell publicó el libro «El Papa de Hitler», un ataque frontal contra Pío XII. Ahora centra sus ataques contra el actual obispo de Roma en «El Papa en invierno: el lado oscuro del papado de Juan Pablo II» («The Pope in Winter: The Dark Face of John Paul II’s Papacy».
La estadounidense Margherita Marchione, experta en Pío XII y profesora de literatura en la Universidad Fairleigh Dickinson de Nueva Jersey, religiosa de la congregación de las Maestras Pías Filippini, afronta en esta entrevista concedida a Zenit los argumentos del libro.
–Usted es experta en la vida y papado de Pío XII. Algo evidente en sus escritos, como el reciente «Hombre de Paz: Papa Pío XII», publicado a principios de este año. ¿Se ha sorprendido al ver que Cornwell ataca ahora al actual pontífice?
–Hermana Margherita: Desde luego que no. El nuevo libro del periodista británico John Cornwell es como «El Papa de Hitler». Cornwell difamó injustamente la memoria del Papa Pío XII y ahora ataca a Juan Pablo II y a su papado.
Pude ver la animosidad y acidez de John Cornwell cuando intercambiamos algunas palabras en televisión y radio, durante su gira para promocionar el libro «El Papa de Hitler», en Estados Unidos. Yo estaba tan contrariada por la falta de sinceridad que incluí una descripción de estos encuentros en mis memorias, «The Fighting Nun: My Story» («La religiosa luchadora: mi historia»).
Igual que se dio una auténtica reacción de la opinión pública ante el despotricar de Cornwell contra Pío XII, estoy segura de que habrá un clamor definitivo contra su libro sobre Juan Pablo II.
Muchos historiadores consideran que el libro «El Papa de Hitler» es tendencioso y, recientemente, Damien Thompson en el «Daily Telegraph» de Londres, ha calificado el último libro de Cornwell como «un trabajo de hacha» y lo definía como de «corte sensacionalista».
–Cornwell se presenta como una autoridad experta en temas papales y vaticanos. ¿Qué puede decir sobre su credibilidad en la materia?
–Hermana Margherita: La afirmación de Cornwell se refiere a su investigación en los Archivos Vaticanos, que fue refutada en «L’Osservatore Romano», el 13 de octubre de 1999.
–¿Nos podría describir la visión de la Iglesia de Cornwell?
–Hermana Margherita: El objetivo de Cornwell es destruir al papado y a la Iglesia como son hoy. Pretende contraponer a progresistas y tradicionalistas, describiéndoles en una especie de guerra. Cuando hizo la promoción de «El Papa de Hitler», escribió en «Vanity Fair»: «Se ve en el horizonte una lucha titánica entre progresistas y tradicionalistas, con potencial suficiente para que haya un cisma catastrófico, especialmente en los Estados Unidos». Pero ni Pío XII, ni Juan Pablo II son los tradicionalistas reaccionarios pintados por Cornwell.
Entre sus muchas encíclicas, Pío XII escribió «Mediator Dei» en 1947, con la que puso las bases para el completo florecimiento de la renovación del culto católico. Dio un primer paso significativo en la reforma litúrgica, en 1956, con la revisión completa de las celebraciones de la Semana Santa en la Iglesia latina.
La encíclica de Pío XII sobre la Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo, «Mystici Corporis Christi», de 29 de junio de 1943, abrió el camino a una nueva aproximación católica a una teología enraizada al mismo tiempo en los estudios bíblicos y teológicos.
Es interesante notar que Pío XII es el Papa que consagró obispo a Juan Pablo II. Hablando a un grupo de líderes judíos, Juan Pablo II afirmó que los documentos «revelan aún más claramente y de manera convincente, cuán profundamente Pío XII sintió la tragedia del pueblo judío, y cuán fuerte y efectivamente trabajó para ayudarles». Su Santidad hizo un llamamiento en favor de una «auténtica fraternidad» entre cristianos y judíos.
En el cuadragésimo aniversario del inicio del pontificado de Pío XII, Juan Pablo II afirmó: «No podemos olvidar la aportación que hizo a la preparación teológica del Concilio Vaticano II, especialmente gracias a sus enseñanzas sobre la Iglesia, las primeras reformas litúrgicas, el nuevo impulso a los estudios bíblicos y su gran atención a los problemas del mundo contemporáneo».
–Juan Pablo II ha dedicado su pontificado a la Madre de Dios. Cornwell lo ve, sin embargo, indiferente al sufrimiento de las mujeres. ¿Cómo es la relación de este Papa con la mujer?
–Hermana Margherita: Ni Pío XII, ni Juan Pablo II han sido indiferentes al sufrimiento de las mujeres. Sus escritos en defensa de los derechos de las mujeres son numerosos. Pío XII fue en su tiempo un líder en este aspecto.
En el libro «Enseñanzas papales», hay escritos que son actuales. Sus pronunciamientos en materia de femineidad no tienen precedentes. El 21 de octubre de 1945, hizo este llamamiento a favor de que la mujer entrara en la vida pública: «Debe competir con el hombre por el bien de la vida cívica, en la que es igual a él en dignidad».
En un discurso a la Federación de Mujeres Italianas, el 14 de octubre de 1956, Pío XII afirmó que, en virtud de «un destino común, aquí en la tierra, no hay campo de la actividad humana que deba permanecer cerrado a las mujeres. Sus horizontes se extienden a todos los ámbitos de la política, el trabajo, las artes, los deportes, pero siempre en subordinación a las funciones primarias que la naturaleza le ha adjudicado». Ningún Papa había hablado antes de esta manera.
Tanto Juan Pablo II como Pío XII, dedicaron sus pontificados a Nuestra Señora. De hecho, Pío XII proclamó el dogma de la Asunción de la Virgen en 1950. También dedicó el año 1954, conocido como Año Mariano, a Nuestra Señora.
–Juan Pablo II habló en los primeros años de su pontificado sobre la sexualidad humana en una amplia serie de catequesis dedicadas al tema. Cornwell achaca a la enseñanza de Juan Pablo II en cuestiones morales los casos de divorcio, pedofilia y promiscuidad sexual entre los miembros de la Iglesia. En su anterior libro, acusaba a Pío XII de silencio ante la persecución judía. En su opinión, ¿qué busca Cornwell?
–Hermana Margherita: Contrariamente a lo que afirma Cornwell, Pío XII no permaneció «callado». Durante casi dos décadas, Pío XII defendió y fortaleció la Iglesia, condenó el racismo nazi como antirreligioso, contuvo el avance comunista con su firme intervención en las elecciones italianas de 1948, y creó nuevos cardenales de todo el planeta. Mis libros documentan estos hechos.
Los escándalos sexuales de la Iglesia no son atribuibles a la ortodoxia sino a una decadencia moral masiva en los seminarios, parroquias y colegios universitarios. Gran parte de esta decadencia vino a la luz en los años sesenta y fue promovida por la prensa católica disidente.
Una lectura poco profunda del Concilio Vaticano II ha llevado al secularismo y a flagrantes violaciones de la doctrina eclesial. Los escándalos relativos al sexo, el anticatolicismo en los medios de comunicación y el disenso entre nuestros propios hermanos han sido afrontados.
El objetivo de Cornwell es destruir al papado y la Iglesia que conocemos. Denigrando a Pío XII, descrito como autoritario, tradicional y romano; describiendo a Juan Pablo II con el mismo color,
Cornwell está logrando su objetivo de confundir a muchos católicos, cambiando la naturaleza de la Iglesia en la de una institución social.