De la entrevista con Juan Pablo II recuerda especialmente el interés que mostró por la situación en el País Vasco; y de las reuniones con los diversos dicasterios constata la sorpresa que supuso la especial incidencia de la Congregación que preside el cardenal Joseph Ratzinger por la presencia y convivencia con la comunidad islámica en España.
De su encuentro personal con el Santo Padre, que duró casi quince minutos, explicó: «El Papa me ha escuchado, se ha interesado por los temas que le fui exponiendo y me hizo varias preguntas. Lo primero que le dije al santo Padre fue trasladarle el cariño y la oración de tantos buenos cristianos; en segundo lugar le dije algunos elementos positivos de la diócesis de Vitoria, hice referencia a los misioneros de los que en la diócesis tenemos casi 350, una parte de ellos en Misiones Diocesanas; el espíritu misionero de la diócesis; le hablé también del Plan Diocesano de Evangelización».
Por otro lado, monseñor Asurmendi trasladó también al Papa algunos de los retos más importantes de su diócesis: «le expuse el tema del seminario y las vocaciones, y le hable del trabajo que tenemos en las diócesis del País Vasco para colaborar desde el punto de vista de la Iglesia en la pacificación y en la reconciliación entre los vascos».
Este fue uno de los momentos en los que Juan Pablo II intervino para plantearle las siguientes preguntas: «¿Cómo lo ven en este momento? ¿Ven que va caminando el tema? ¿Habla usted euskera?».
Monseñor Asurmendi destacó especialmente el discurso del Papa en la audiencia a los dos grupos de obispos, el pasado 24 de enero, y afirmó que el análisis del texto habrá de hacerse «en la Conferencia Episcopal y en cada una de las diócesis».
Otro de los elementos de la visita fue el encuentro con los diferentes dicasterios: «el primer encuentro fue con el cardenal Giovanni Battista Re, es el Prefecto de la Congregación para los Obispos. Nos invitó a tener unos días de oración, de tranquilidad, y de aprovechar para hablar con otros hermanos obispos. Venimos a un intercambio de dones».
De una manera especial recuerda monseñor Asurmendi el encuentro con el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. «En esa visita, un poco con sorpresa, no se plantearon otros temas más que el interés que tenía la congregación por el diálogo con el Islam. Nos preguntaron a los obispos cómo estábamos afrontando esta realidad, qué retos tenemos, que problemas tenemos en cuanto al diálogo ecuménico y respecto a otros temas».
Del encuentro con la Congregación para el Clero, cuyo prefecto es el cardenal Darío Castrillón, destacó el problema que ha sido definido como «arritmia cultural, este entrar en sintonía de la Iglesia con el mundo pero sin ser del mundo».
En la Congregación para la Educación Católica y los seminarios el tema estrella, según el obispo de Vitoria, fue el de la escuela católica y las dificultades que está teniendo actualmente.
Monseñor Asurmendi valoró positivamente estos encuentros, que incluso considera han mejorado en su dinámica de trabajo. Apuntó el detalle de cómo los cardenales responsables de cada uno de los dicasterios llegaban a las reuniones con una serie de folios con apuntes de la lectura de los informes enviados por las diócesis.