CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 6 febrero 2005 (ZENIT.org).- Juan Pablo II volvió a aparecer este domingo ante las pantallas de televisión de los cinco continentes, tras cinco días de hospitalización, para impartir la bendición desde la ventana del Policlínico Agostino Gemelli de Roma.
«También desde el hospital, en medio a los demás enfermos, a los que dirijo mi afectuoso saludo, sigo sirviendo a la Iglesia y a toda la humanidad», afirmó el pontífice en el mensaje introductoria que en su nombre leyó en italiano el arzobispo argentino Leonardo Sandri, sustituto de la Secretaría de Estado.
Las cámaras enfocaron al Santo Padre, sentado en la ventana del décimo piso del hospital, durante los más de diez minutos que como de costumbre dura este tradicional encuentro dominical del pontífice con los peregrinos.
El portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro-Valls, había asegurado en la víspera que el pontífice no quería perderse este momento.
Tras el rezo del Ángelus, en un día soleado pero frío, el obispo de Roma cantó en latín con voz áfona y cansada la antífona y después impartió la bendición apostólica, suscitando grandes aplausos entre los centenares de personas que se habían congregado en el patio del Gemelli.
Esos mismos aplausos resonaron en la Plaza de San Pedro del Vaticano, donde se habían reunido miles de peregrinos para seguir ese esperado momento a través de cuatro grandes pantallas.
El Santo Padre respondió al aliento de los fieles levantando ligeramente la mano en repetidas ocasiones, provocando aún más entusiasmo entre quienes seguían el encuentro sin perderse el más mínimo detalle.
Entre éstos se encontraban los numerosos equipos de operadores televisivos que se han instalado en el estacionamiento del Gemelli después de que el Santo Padre fuera hospitalizado el 1 de febrero en la noche por precaución ante las complicaciones respiratorias que le había provocado la gripe. El canal panárabe «Al Jazeera» transmitió en directo las imágenes.
A partir del miércoles, los comunicados vaticanos han ido informando de la constante mejoría que ha experimentado el Santo Padre, aunque los médicos siguen tomando todas las precauciones necesarias para su restablecimiento. Este lunes la Santa Sede publicará un nuevo comunicado sobre su estado de salud.
Las breves palabras que el Papa preparó para esta ocasión, leídas por el arzobispo Sandri, se centraron en lo que él considera «el primero de los grandes desafíos de la humanidad de hoy»: el respeto de la vida.
«¡Es necesario tener confianza en la vida!», exhortó el Santo Padre.
«Confianza en la vida exigen silenciosamente los niños que todavía no han nacido –aclaró–. Confianza piden también los numerosos niños que, al quedarse sin familia por diferentes motivos, pueden encontrar una casa de acogida a través de la adopción y del cuidado temporal».
Su mensaje había comenzado dando las gracias «de corazón» a todas las personas que le atienden en el hospital, así como a todos aquellos que «desde todas las partes se sienten a mi lado».