CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 7 febrero 2005 (ZENIT.org).- Desde la cama de su hospital en el Policlínico Agostino Gemelli, Juan Pablo II ha enviado un mensaje a los seminaristas de su diócesis para asegurarles: «sois para mí motivo de consuelo».
El breve mensaje del Papa fue leído este sábado por el arzobispo Leonardo Sandri, sustituto de la Secretaría de Estado, a los estudiantes del Seminario Romano Mayor, reunidos en el Aula Pablo VI del Vaticano para celebrar el día de su patrona, santa María, Madre de la Confianza.
Todos los años el Santo Padre ha querido participar en este encuentro con los futuros sacerdotes, pero en esta ocasión se lo han impedido las consecuencias provocadas por la gripe. De todos modos, el Papa no se resignó a estar ausente y siguió el acto a través de la televisión desde su habitación del hospital.
«Sois para mí motivo de consuelo, porque representáis un signo privilegiado del amor del Señor a su amada Iglesia que está en Roma», afirmó el pontífice en el mensaje que encomendó al arzobispo Sandri.
Durante el encuentro, el coro y la orquesta de la diócesis de Roma interpretaron el oratorio musical «Mane nobiscum, Domine», compuesto y dirigido por monseñor Marco Frisina.
Tras la composición musical, se leyó la misiva papal que concluye dirigiéndose a aquellos jóvenes que «están realizando el camino de verificación vocacional de cara a la entrada en el seminario», así como «a los pequeños acólitos [monaguillos ndr.] y a los grupos juveniles de las parroquias».
«Queridos muchachos, el Señor pasa y llama, estad dispuestos a colaborar con él», fue la consigna que les dejó Juan Pablo II.
