MADRID, miércoles, 16 febrero, 2005 (ZENIT.org).- La vida de los periodistas católicos que quieren dedicarse a la información religiosa es difícil, reconoce Victor Khroul, director del semanario ruso católico «Svet Evangelia» («La luz del Evangelio»).
Director del Centro de Información de la Conferencia de Obispos Católicos de Rusia, Khroul, revela en una entrevista concedida a Zenit el que mayor problema se debe a la «falta de recursos».
El semanario «Svet Evangelia» acaba de cumplir diez años y ha recibido el premio Titus Bramsda de la Unión Católica Internacional de la Prensa (UCIP).
Sin embargo, reconoce, «tuvimos que cerrar la revista por problemas financieros, y el equipo se disgregó. Muchos periodistas ahora no quieren volver porque tienen familia y optan por trabajos más sólidos».
«Aunque hayamos conseguido fondos para seguir un año más, el próximo año estaremos otra vez igual», lamenta Khorul, quien es también profesor de periodismo en la Facultad de la Universidad Estatal de Moscú.
«Los católicos rusos no podemos subsistir sin el apoyo exterior, y sería bueno que se creara una Fundación para los medios católicos en Rusia y en los países del Este de Europa».
Según el director, «si trabajamos juntos será mejor».
«Sin dinero no podemos hacer planes estratégicos ni pensar en iniciativas comunicativas», lamenta este laico, casado y con tres hijos.
«En el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, especialmente el arzobispo presidente John P. Foley están preocupados por esta situación que padecemos», informa.
Por lo que se refiere a la relación entre los medios de comunicación generalistas rusos y la comunidad católica, Khroul explica que «Somos una minoría y nuestros medios también. Está claro que no podemos tratar de ser competitivos como por ejemplo en Francia el periódico católico “La Croix”, que compite con “Le Monde”».
«Los medios no religiosos tienen una actitud muy positiva hacia la Iglesia católica, es más, añadiría que sus actitudes son de profundo interés», avanza.
«De hecho, nuestra relación con los medios seculares depende mucho en lo que podamos ofrecer, y es nuestra labor hacerlo bien, estar disponibles».
Su celular durante la entrevista le avisa en varias ocasiones de llamadas pendientes. «Ser transparente y contar la verdad», es la clave después de apagar el teléfono.
«Los periodistas son gente perezosa y si les das una nota de prensa bien hecha van a tomar la información tal cual, cambiarán algo y ya tendrán la noticia», reconoce sin reparos.
«En Rusia tenemos encuentros con los periodistas de los grandes medios al menos un par de veces al año, vienen los obispos y en un clima informal se habla de todo de manera muy amena», comenta.
«Los periodistas tienen todos nuestros números de teléfono, móvil, e-mail…», explica.
Ahora bien, no todo es perfecto, añade: «Nuestro periódico católico, por ejemplo, no se puede poner a la venta en el kiosco, nos tildarían de proselitismo y de querer robar almas y no jugar limpio».
«Sin embargo, mi sueño es que pueda estar en Internet, allí quien quiera lo va a buscar y si desea más información la solicita con un solo click», explica. »Y tendrá que estar en ruso pero también en inglés, porqué si solo aparecemos en ruso seremos una Iglesia en silencio», constata.