El Santo Padre, cuyos restos mortales honran en estas últimas horas cientos de miles de fieles, promulgó el 22 de febrero de 1996 la Constitución Apostólica «Universi Dominici Gregis» (UDG) sobre la vacante de la Sede Apostólica y la elección del nuevo Papa.
UDG (Cf. n.27) establece que en las Exequias del Papa y en el Cónclave se deben seguir fielmente dos Rituales redactados expresamente: el «Ordo Exsequiarum Romani Pontificis» (Rito de las Exequias del Romano Pontífice) y el «Ordo Rituum Conclavis» (Ritos del Cónclave).
Igualmente recoge normas acerca de las tareas del Maestro de las
Celebraciones Litúrgicas Pontificias en Sede Vacante y prevé el servicio de los Ceremonieros en los lugares destinados a los electores del Romano Pontífice, en las celebraciones litúrgicas y en la elección del nuevo Papa.
Después de tales disposiciones, la Oficina de Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice, por mandato del propio Santo Padre, emprendió la revisión, con la colaboración de los Consultores, del libro «De funere Summi Pontificis» utilizado en 1978 para Pablo VI y Juan Pablo I y preparó el nuevo volumen «Ordo Exsequiarum Romani Pontificis».
Igualmente se revisó el «Ordo Sacrorum Rituum Conclavis» de 1978 y se preparó el nuevo «Ordo Rituum Conclavis».
Aprobados por Juan Pablo II el 5 de febrero de 1998, la Tipografía Vaticana se encargó de la impresión de los dos Rituales en 2000. El pasado martes se inició en la Librería Editorial Vaticana la distribución de los volúmenes –edición bilingüe latín-italiano–.
Contienen los textos litúrgicos, bíblicos e indicaciones musicales, pero también cada Ritual inlcuye unas «Premisas generales» que explican el desarrollo y el significado de los ritos tanto desde la perspectiva litúrgica como pastoral.
«De una normativa complicada y de ritos cargados de exterioridad y redundancia que acompañaron en el pasado el período de la Sede Vacante, se ha pasado a ritos caracterizados por noble sencillez y belleza, que responden más a la mentalidad y a las exigencias de nuestro tiempo según los principios y en el espíritu del Concilio Vaticano II», reconoció el propio Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, el arzobispo Piero Marini, ante la prensa el pasado martes.
Añadió el prelado que la Oficina antes citada se ocupó de que las secuencias rituales se desarrollen con palabras, oraciones y gestos adecuados para favorecer la comprensión de la naturaleza y del fin de los mismos ritos y la participación activa.
«El significado espiritual y eclesial y la finalidad pastoral de las celebraciones litúrgicas puestas en evidencia por el Concilio Vaticano II estuvieron en la base de la redacción de los nuevos “Ordo”», subrayó monseñor Marini.
«En el rito de las exequias –enuncia el correspondiente “Ordo”– la Iglesia manifiesta su fe en la victoria de Cristo resucitado sobre el pecado y la muerte. Tal fe es expresada de forma especial en las exequias del Romano Pontífice, que por motivo del ministerio por él ejercido en la Iglesia, confirmó en la fe a todos los pastores y los fieles» (Cf. n.1).
«Mientras se celebra la elección del sucesor de Pedro, la Iglesia está particularemnte unida a los sagrados Pastores y sobre todo a los Cardenales electores, e implora de Dios el nuevo Sumo Pontífice, como don de su bondad y providencia», comienzan por su parte los Ritos del Cónclave.