Cuatro días antes de morir, Juan Pablo II ayudó al nacimiento de 10 niños en riesgo de aborto

El Movimiento por la Vida italiano, destinatario de la imprevista aportación

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RIMINI, jueves, 28 abril 2005 (ZENIT.org).- El pasado 29 de marzo, cuatro días antes de su muerte, Juan Pablo II destinó 25 mil euros a las actividades de ayuda del Movimeinto por la Vida (MpV) italiano a las madres y a la vida en gestación.

Así lo reveló el lunes el presidente del Movimento, Carlo Casini, en el curso de la Asamblea nacional de la asociación en la localidad italiana de Rimini.

«Encuentro conmovedor que esta ayuda, del todo imprevista y absolutamente espontánea, junto a las palabras de ánimo y bendición llegara el 29 de marzo, a cuatro días de la muerte del Santo Padre», dijo Casini.

«He dispuesto que la suma sea destinada al Proyecto Gemma para “adoptar” a aquellas madres a las que razones económicas empujarían al aborto», precisó.

Se trata de una iniciativa que prevé un apoyo de asistencia económica para las madres que renuncian al aborto en favor de la vida.

Gracias a la ayuda de Juan Pablo II, diez niños, cuyo destino era incierto, podrán nacer y vivir. La suma ayudará a diez madres a dar a luz a sus niños, dos de origen polaco.

En el ámbito del proyecto «Gemma» una persona, una familia o cualquier grupo puede «adoptar» a una madre en dificultades ofreciendo una contribución económica de 160 euros al mes para los últimos seis meses de embarazo y los primeros doce meses de vida del bebé. Desde 1984 hasta la fecha se han llevado a cabo 11 mil «adopciones».

En la Asamblea del Movimento por la Vida se recordó que desde la fundación del primer Centro de Ayuda a la Vida (CAV) en Florencia –en 1975–, más de 70 mil niños han sido rescatados del aborto.

Y cientos de miles de mujeres (20 mil al año) han pasado por los CAV en busca de solidaridad, escucha y ayuda.

En 2004 nacieron, de media, 35 niños por la acción de cada CAV. El mismo año fueron 110 las mujeres –de ellas 49 embarazadas– asistidas por cada CAV. El 11% de las gestantes ayudadas pudo también disfrutar de hospitalidad en casas de acogida o en familias.

«Ante estos datos –comentó Casini– uno se pregunta por qué si una asociación de voluntariado, con escasez de medios y recursos, logra hacer tanto para dar cumplimiento a la ley 194 que impone al país hacer todo lo posible para eliminar las causas que empujan a la mujer al aborto, ¿qué sucedería si el país hiciera verdaderamente la opción por el nacimiento que la misma ley supone?».

«Y en cambio por parte pública existe hostilidad hacia el voluntariado por la vida –constató–. En 2004 sólo el 5% de las mujeres que se acercaron a los cerca de 300 Centros de Ayuda a la Vida distribuidos por todo Italia fue enviado por estructuras públicas».

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ZENIT Staff

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