Al final de la audiencia general, al dirigir unas palabras a los peregrinos italianos presentes en la plaza de San Pedro del Vaticano, dejó a un lado los papeles para confesar: «Veo que la fe y el amor por el sucesor de Pedro es fuerte y os doy las gracias».
Más de doscientas mil personas participaron con entusiasmo contagiante en la primera visita apostólica que realizó este domingo pasado el obispo de Roma a Italia, para clausurar en Bari el Congreso Eucarístico Nacional Italiano.
Cada una de las salidas del pontífice de los muros vaticanos se ha caracterizado por el apoyo de la gente. El grito de ánimo más utilizado en su presencia en italiano es «¡Be-ne-det-to!» (Benedicto).