CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 2 junio 2005 (ZENIT.org).- El asistente eclesiástico internacional de «Ayuda a la Iglesia Necesitada», el padre Joaquín Alliende, de 70 años, ha recibido la Cruz «por la Iglesia y el Papa» («Pro Ecclesia et Pontifice») en reconocimiento de «sus extraordinarios servicios y su destacado compromiso».
La decisión de conferir este elevado reconocimiento al sacerdote chileno fue tomada antes de morir por Juan Pablo II.
Este jueves, el presidente de «Ayuda a la Iglesia Necesitada», Hans-Peter Röthlin, ha comentado este acontecimiento afirmando: «Estoy muy contento con este gran honor entregado al padre Alliende por Juan Pablo II, quien estuvo muy cerca de nuestra acción de caridad durante muchos años».
«Durante mucho tiempo, el padre Alliende apoyó a la Iglesia en América Latina con palabras y hechos. Como sacerdote del Movimiento de Schoenstatt y como asistente eclesiástico internacional, nos ha ayudado como pionero en nuestra obra de caridad durante décadas para implementar el carisma de nuestro fundador, el padre Werenfried Van Straaten (1913–2003) con fidelidad creativa», añadió el presidente.
El padre Alliende ha sido ratificado en su cargo de asistente eclesiástico por la primera asamblea general de «Ayuda a la Iglesia Necesitada», celebrada tras el fallecimiento del padre Van Straaten entre el 24 y el 25 de mayo.
Fundada en 1947, AIN apoya a cristianos perseguidos y necesitados. Cuenta actualmente con filiales en diecisiete países. En su sede internacional de Königstein (Alemania) se financian anualmente unos diez mil proyectos presentados por sacerdotes, religiosos y obispos de más de 130 países del mundo.