Este pontificado promoverá las buenas relaciones con los judíos, asegura Benedicto XVI

Al recibir a una delegación del Comité Internacional Judío sobre Consultas Interreligiosas

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 9 junio 2005 (ZENIT.org).- Benedicto XVI confirmó este jueves a una delegación del Comité Internacional Judío sobre Consultas Interreligiosas –International Jewish Committee on Interreligious Consultations (IJCIC)– su intención de promover en su pontificado un avance en las relaciones con los judíos y de condenar toda forma de antisemitismo.

La delegación estaba guiada por el rabino Israel Singer de Nueva York, actual presidente del Comité, y en ella participaban otras 24 personas, entre las que se encontraba Edgar M. Bronfman, presidente del Congreso Mundial Judío («World Jewish Congress»); y el rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni.

El Santo Padre recordó que en este año se celebra el cuadragésimo aniversario de la declaración «Nostra aetate» del Concilio Vaticano II, «cuya enseñanza ha sido, desde entonces, el fundamento de las relaciones entre la Iglesia y el pueblo judío».

«El Concilio afirmó la convicción de la Iglesia de que, en el misterio de la elección divina, los inicios de su fe se encuentran ya en Abraham, Moisés y los profetas», aseguró.

El pontífice hizo «un llamamiento a un mayor entendimiento mutuo y estima entre cristianos y judíos y deploró todas las manifestaciones de odio, persecución y antisemitismo».

«Al inicio de mi pontificado», garantizó a sus huéspedes que «la Iglesia sigue firmemente comprometida en su catequesis y en todos los aspectos de su vida, para poner en práctica esta decisiva enseñanza».

Recordando que tras el Concilio los Papas Pablo VI y, «de forma especial», Juan Pablo II, «dieron pasos significativos para mejorar las relaciones con los judíos», añadió: «Tengo la intención de seguir por ese camino».

«La historia de las relaciones entre nuestras dos comunidades ha sido compleja y a menudo dolorosa, pero estoy convencido de que el patrimonio espiritual atesorado por la Iglesia y por el pueblo judío es en sí mismo fuente de la sabiduría y de inspiración capaz de guiarnos hacia un futuro de esperanza, según su plan divino», explicó el sucesor del apóstol Pedro.

Al mismo tiempo, indicó, «el recuerdo del pasado sigue siendo para ambas comunidades un imperativo moral y una fuente de purificación en nuestro esfuerzo por rezar y trabajar por la reconciliación, la justicia, el respeto de la dignidad humana y por la paz, que es en último término un don del Señor».

«Por su misma naturaleza este imperativo debe incluir una reflexión constante sobre las profundas cuestiones históricas, morales y teológicas planteadas por la experiencia de la Shoah», propuso.

En los últimos 35 años, el Comité Internacional Judío sobre Consultas Interreligiosas se ha encontrado en 18 ocasiones con delegaciones de la Comisión de la Santa Sede para las Relaciones Religiosas con los Judíos, incluyendo el encuentro más reciente en Buenos Aires, celebrado en julio de 2004, dedicado al tema «Justicia y caridad».

El próximo 27 de octubre, una delegación internacional del judaísmo asistirá al acto conmemorativo por el cuarenta aniversario de la promulgación de la Declaración del Concilio Vaticano II «Nostra Aetate».

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ZENIT Staff

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