MADRID/ROMA, lunes, 13 junio 2005 ().- A cuatro años de que se cumpla el VIII centenario de la fundación de la Orden de los Frailes Menores (OFM), los franciscanos ya han preparado el programa para celebrar, bajo el lema «La gracia de los orígenes», los 800 años de la aprobación por parte de Inocencio III de la regla o forma de vida franciscana.
Los actos comenzarán el próximo año 2006, aniversario de la conversión de San Francisco de Asís, y concluirán en 2009, ocho siglos después de la aprobación de la «Protorregla», explica la agencia de noticias de vida religiosa «Ivicon».
El programa de la celebración contempla un camino en tres etapas: 2006, centrado en la escucha, la conversión y el discernimiento evangélico; 2007, en el proyecto de vida a nivel personal y comunitario; y 2008-2009, en la celebración del don de la vocación.
Así lo señala el ministro general de la OFM (www.ofm.org), José Rodríguez Carballo, en una carta dirigida a los frailes franciscanos, las religiosas clarisas y las contemplativas franciscanas, en la que reconoce que los franciscanos «queremos reafirmar nuestra firme voluntad de permanecer fieles a nuestro propio carisma, pero recreándolo hoy a la luz de los desafíos de la vida franciscana».
Cada etapa del gran jubileo franciscano tendrá una palabra clave del camino de conversión de San Francisco; también se señalará una meta hacia la cual caminar y algunas mediaciones generales y locales, y se propondrán igualmente algunos gestos «a realizar públicamente ante el Pueblo de Dios, al que debemos nuestra respuesta generosa y fiel a la gracia de la vocación y de la misión».
En este sentido, el ministro general pide que este itinerario se realice tanto «dentro de las lenguas, de las culturas, de los pueblos y de las Iglesias en la que viven y trabajan» los franciscanos, como que involucre activamente a los restantes miembros de la Familia Franciscana, «gracias al común origen de vocación y misión».
Aclara el religioso que la Orden quiere celebrar el gran jubileo franciscano «en actitud de discernimiento para no instalarnos ni repetirnos, antes bien, ser faros generadores de esperanza en la noche oscura que atraviesa nuestro mundo herido y tantas veces crucificado».
Recordaba el padre Carballo meses atrás que fue en 1209 cuando Francisco obtuvo del Papa la aprobación de su «proyecto de vida», o lo que luego se llamaría la «Protorregla», según el pobrecillo de Así cuenta en su «Testamento»: «Y después que el Señor me dio hermanos, nadie me mostraba qué debía hacer, sino que el mismo Altísimo me reveló que debía vivir según la forma del santo Evangelio. Y yo lo hice escribir en pocas y sencillas palabras y el señor Papa me lo confirmó».
Esta «forma de vida» primitiva se iría ampliando según las necesidades de la Fraternidad, siendo el fundamento de la Regla de 1221 y más tarde de la Regla de 1223, confirmada por Honorio III; «textos que a distancia de tantos siglos, siguen siendo referencia esencial para comprender a Francisco y comprendernos a nosotros mismos», añadió el ministro general de la OFM.
Citando palabras de Juan Pablo II, para el religioso «la celebración del VIII Centenario de la fundación de nuestra Fraternidad nos ofrece una oportunidad de gracia para recordar con gratitud el pasado, vivir con pasión el presente y abrirnos con confianza al futuro» (Cf. «Novo Millennio Ineunte», 1).
