CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 13 junio 2005 (ZENIT.org).- La «leyenda negra» contra el Papa Pío XII fue lanzada por «Radio Moscú» al concluir la segunda guerra mundial, asegura una investigación publicada por el último número de la revisita italiana «La Civiltà Cattolica».
Pío XII, que a su muerte recibió el homenaje de los jefes de Estado democráticos y de los más elevados representantes judíos; sin embargo ha sido presentado por algunas publicaciones como aliado con los regímenes totalitarios y en particular se le ha acusado de «silencio» ante el nazismo.
El artículo de la revista quincenal, firmado por Giovanni Sale S.I. analiza la reacción de la radio comunista a la alocución que pronunció el pontífice Eugenio Pacelli el 2 de junio de 1945, en el día de san Eugenio.
La emisora dedicó un programa el 7 de junio de 1945 que «asumió un valor por así decir paradigmático, pues sintetizaba muy bien el punto de vista de la izquierda radical sobre la actividad de la Santa Sede en el tiempo de la guerra», afirma la investigación histórica.
«Quien ha escuchado el discurso del Papa con motivo de la fiesta de san Eugenio –decía «Radio Moscú»– se ha quedado sumamente sorprendido al saber que el Vaticano, durante los años pasados del predominio de Hitler en Europa, actuó con valentía y audacia contra los delincuentes nazis. La que realmente hizo el Vaticano dice lo contrario».
«De hecho, si el Vaticano actuó de este modo, lo hizo para mantener la política vigilante de protección de Hitler y de Mussolini», añadía la emisora comunista.
«Ninguna atrocidad realizada por los hitlerianos suscitó el desdén y la indignación del Vaticano. Éste calló cuando actuaban las máquinas alemanas de la muerte, cuando las chimeneas de los hornos crematorios echaban humo, cuando se lanzaban granadas y proyectiles contra la pacífica población de Londres, cuando la doctrina hitleriana de eliminación y de exterminio de naciones y de pueblos se transformaba en una dura realidad», añade.
Ahora, por el contrario, seguía diciendo «Radio Moscú», el Papa llena su discurso de alusiones contra la Unión Soviética y el comunismo internacional para «provocar divergencias y sembrar la desconfianza entre los aliados».
El autor del artículo constata que «la prensa comunista internacional, y no sólo ésta, se alineó totalmente a las directivas de Moscú sobre esta materia».
«De este modo, comenzó la «legenda negra» –que en buena parte ha llegado hasta nuestros días– de un Pío XII amigo y aliado de los nazis; el Papa que apoyó, por motivos de interés político, a los regímenes totalitarios fascistas y enemigo declarado de la democracia popular», concluye «La Civiltà Cattolica».