CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 15 junio 2005 (ZENIT.org).- Benedicto XVI pidió este miércoles la movilización y la oración de los creyentes a favor de las personas y nacionales vejadas o humilladas durante la audiencia general.
Al comentar el Salmo 122, «El Señor, esperanza del pueblo», el pontífice se detuvo en el pasaje en el que el creyente clama: «Misericordia, Señor, misericordia, que estamos saciados de desprecios; nuestra alma está saciada del sarcasmo de los satisfechos, del desprecio de los orgullosos».
«A la tradicional saciedad bíblica de comida y de años, considerada como signo de la bendición divina, se le opone ahora una intolerable saciedad constituida por una carga exorbitante de humillaciones», constató el Papa.
Improvisando, añadió: «Y sabemos que hoy muchas naciones, muchos individuos están llenos de vejaciones, están demasiado saciados de las vejaciones de los satisfechos, del desprecio de los soberbios».
«Recemos por ellos y ayudemos a estos hermanos nuestros humillados», exhortó a los más de 30.000 peregrinos que le escuchaban.
Dios, concluyó, «no es indiferente a esos ojos implorantes, no ignora su invocación ni la nuestra, ni decepciona su esperanza».