CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 16 junio 2005 (ZENIT.org).- Benedicto XVI afirmó este jueves a una representación del Consejo Mundial de las Iglesias (CMI) que la búsqueda de la unidad entre los cristianos es uno de sus compromisos prioritarios.
El pontífice recibió en el Vaticano al reverendo Samuel Kobia, secretario del Consejo Mundial de las Iglesias y al séquito que le acompañaba en su primera visita al Vaticano, después de que asumió este cargo en enero de 2004.
Formaban parte de la delegación ecuménica el obispo Eberhardt Renz de la Iglesia Evangélica de Alemania, presidente del CMI, y del arzobispo Makarios de Kenia e Irinoupolis del patriarcado ortodoxo griego de Alejandría y toda el África, miembro del Comité Central del CMI, así como de la esposa del reverendo Kobia, Ruth.
En su discurso de bienvenida, pronunciado en inglés el Papa recordó que «en los primeros días de mi pontificado señalé que mi compromiso prioritario es trabajar sin ahorrar energías en la reconstitución de la unidad plena y visible de todos los seguidores de Cristo».
«Esto exige, además de buenas intenciones, gestos concretos que penetren en los espíritus y sacudan las conciencias, impulsando a cada uno a la conversión interior, que es el fundamento de todo progreso en el camino del ecumenismo», aclaró.
En este sentido, como hacía Juan Pablo II, su sucesor propuso vivir ya desde ahora el «ecumenismo espiritual», es decir, «creer en Cristo significa querer la unidad –explicó–; querer la unidad significa querer la Iglesia; querer la Iglesia significa querer la comunión de gracia que corresponde al designio del Padre desde toda la eternidad».
Benedicto XVI ratificó que «el compromiso de la Iglesia católica por buscar la unidad entre los cristianos es irreversible» y aseguró «que anhela continuar la cooperación con el Consejo Mundial de las Iglesias».
Forman parte del Consejo Mundial de Iglesias 347 iglesias, procedentes de más de 120 países de todos los continentes y de la mayor parte de las tradiciones cristianas.
La Iglesia católica no es una iglesia miembro pero mantiene relaciones de cooperación con el CMI, que se constituyó oficialmente en 1948 en Ámsterdam (Países Bajos).
Las relaciones entre la Iglesia católica y el Consejo Mundial, que comenzaron con el Concilio Vaticano II, llevaron en 1965 al establecimiento del Grupo de Trabajo Conjunto, como un medio de contacto y cooperación.
Como el mismo Papa constató, «el próximo mes de noviembre se celebrará una consulta importante sobre el futuro del grupo con motivo del cuadragésimo aniversario de su fundación».
«Espero y rezo para que su objetivo y metodología de trabajo se definan cada vez mejor, en beneficio de una comprensión, cooperación y progreso ecuménico más eficaces», aseguró el sucesor del Pedro.
El reverendo Kobia, nacido en 1947 en Miathene, Meru (Kenia), es ministro ordenado en la Iglesia metodista de ese país.