CIUDAD DEL VATICANO, martes, 28 junio 2005 (ZENIT.org).- Benedicto XVI rindió homenaje a los «constructores silenciosos de paz» al participar en la tarde de este martes en una fiesta en su honor celebrada en el Vaticano con la participación de muchos jóvenes que estarán presentes en las Jornadas Mundiales de la Juventud del próximo mes de agosto en Colonia.
El encuentro festivo, celebrado en el Aula Pablo VI del Vaticano, fue organizado por los Hijos de la Divina Providencia, las Hermanitas Misioneras de la Caridad, junto a representantes del Instituto Secular y del Movimiento Laical Orionino, que forman la Familia Orionina, fundada por san Luigi Orione.
Además de los 4 mil orioninos, estaban presentes miembros de la Asociación «Papaboys» –surgida en las Jornadas Mundiales de la Juventud–, y dos mil muchachos del Servicio Misionero Juvenil – Arsenal de la Paz de Turín, junto a su fundador, Ernesto Olivero, así como voluntarios de la Protección Civil Italiana.
En la fiesta, que tenía por tema «Tantos corazones alrededor del Papa, mensajero de la paz», intervinieron grandes estrellas de la música italiana, entre otros el tenor invidente Andrea Bocelli, así como muchachos discapacitados de Polonia, Jordania e Italia.
En el discurso que les dirigió, citando frecuentemente a Luigi Orione, el Papa se preguntó: «¿Cómo no aprovechar vuestra presencia para rendir homenaje a tantos «constructores silenciosos de paz», que a través de su testimonio y sacrificio, se entregan para promover el diálogo entre los hombres, para superar toda forma de conflicto y división, para hacer de nuestra tierra una patria de paz y de fraternidad para todos los hombres?».
«» Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios» –añadió–. ¡Qué actual y necesaria es esta bienaventuranza!».
El Santo Padre animó a cada quien en su campo y según sus posibilidades a «ofrecer vuestra colaboración para la salvaguardia de la dignidad de cada hombre, para la defensa de la vida humana y para el servicio de una auténtica paz en todo ámbito social».
El Papa dirigió en particular un llamamiento a los jóvenes. «A mi querido predecesor, Juan Pablo II, de quien hoy comienza el proceso de beatificación, le gustaba repetir que los jóvenes sois la esperanza y el futuro de la Iglesia y de la humanidad. Que en el corazón de cada quien crezca cada vez más la voluntad de crear un mundo de paz auténtica y estable», afirmó arrancando aplausos.