La misiva, que será leída este domingo en las iglesias, plantea los «retos actuales que son importantes para el futuro» del país, calificando de «inaceptable» el hecho de que haya cinco millones de desempleados en Alemania.
«Aunque ninguna política puede prometer trabajo para todos, sí debe crear el marco económico para ello», afirman.
Los prelados esperan que estas elecciones sirvan para defender a la familia y para conformar «una sociedad que tenga gusto por los niños». En particular, recuerdan la oposición de la Iglesia a la equiparación entre el matrimonio y «otras formas de convivencia».
La carta del episcopado ratifica la condena ética del aborto, la eutanasia y la manipulación de embriones.
En este sentido, recuerdan que el Estado debe «proteger la dignidad de la persona independientemente de si es fuerte o débil, sano o enfermo, nacido o sin nacer, o si es inválido».
Alemania, afirman, a pesar de sus dificultades, es «un país próspero que debe asumir responsabilidades por otros», por lo que debe ser solidaria dentro de Europa y en el mundo luchar por la aplicación de los objetivos del milenio y contra la pobreza en África, en Asia y América Latina. Estos objetivos «sirven también a la paz», indican.