Continúa la serie de audiencias del Papa a obispos mexicanos

CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 2 septiembre 2005 (ZENIT.orgEl Observador).- Este viernes continuó la serie de audiencias a obispos mexicanos que Benedicto XVI había comenzado el día anterior con motivo de su visita «ad limina apostolorum».

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En encuentros privados y personales, el Papa conversó con los prelados sobre las cuestiones más importantes para sus diócesis. En la mañana de este viernes, recibió en audiencias separadas a los siguientes obispos:

–Monseñor José Guadalupe Galván Galindo, obispo de Torreón.

–Monseñor Ramón Godínez Flores, obispo de Aguascalientes.

–Monseñor Gonzalo Galván Castillo, obispo de Autlán.

–Monseñor Braulio Rafael León Villegas, obispo de Ciudad Guzmán, con el obispo emérito Serafín Vázquez Elizalde.

–Monseñor José Antonio Pérez Sánchez, O.F.M., prelado de Jesús María.

–Monseñor Javier Navarro Rodríguez, obispo de San Juan de los Lagos.

–Monseñor Alfonso Humberto Robles Cota, obispo de Tepic.

–Monseñor Gilberto Valbuena Sánchez, obispo emérito de Colima.

Después de haberse encontrado este jueves con el Santo Padre, monseñor José Fernández Arteaga, arzobispo de Chihuahua, ha declarado que «aunque algunas veces se nos presenta una figura del Papa un poco rígido; es todo lo contrario; es un Papa cálido, muy interesado en todo lo que le decíamos y con mucha idea de los problemas de cada diócesis».

En declaraciones distribuidas por la Oficina de Información de la Conferencia del Episcopado Mexicano, monseñor Renato Ascencio León, obispo de Ciudad Juárez, reveló que habló con el Papa del problema de la migración. «Hablamos mucho tiempo de eso, y él fue quien me preguntó», afirmó.

Monseñor José Fernández Arteaga, quien está colaborando en la coordinación de la «visita ad limina» y leerá al Papa un mensaje el próximo jueves en nombre de todos los obispos, ha añadido en esas declaraciones: «se interesó por cada uno de nuestros acompañantes, iba preguntando que hacían, y por ejemplo, de mi Vicario General, me dijo que era muy joven, y que le daba mucho gusto».

«Se acordó de mi, tiene muy buena memoria, es muy humano y se mostró realmente muy interesado en los problemas de la diócesis», informa el obispo.

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ZENIT Staff

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