El proceso a los acusados del asesinato de la misionera de origen estadounidense comenzó el viernes, 9 de diciembre. Los abogados de los imputados han anunciado que presentarán un recurso.
Al inicio de su intervención, el fiscal Edson de Souza explicó claramente que quería pedir la máxima pena para los acusados, pues se trata, según él, de un homicidio planificado para ganar una recompensa, en el que la víctima no tuvo ninguna posibilidad de defenderse.
La misionera de Notre Dame, de 73 años, fue asesinada a sangre fría, por la espalda, por dos pistoleros el 12 de febrero, en la localidad de Esperança, a 40 kilómetros de Anapu, en el sudeste del Estado de Pará.
Sor Dorothy trabajaba desde hace cuarenta años con las pequeñas comunidades en la Amazonia.
Los mandantes del crimen serían los latifundistas Reginaldo Pereira Galvão y Vitalmiro Bastos Moura. El intermediario habría sido otro latifundista, Amair Feijoli da Cunha. Los tres están en la cárcel de Pará, esperando el proceso que debería tener lugar este próximo año.
Sor Dorothy, que había asumido la nacionalidad brasileña, había recibido amenazas de muerte por parte de los latifundistas de la región desde que, en 1997, había comenzado una iniciativa de apoyo a los trabajadores rurales, que incluía proyectos para la preservación de la Amazonia, llamados Proyectos de Desarrollo Sostenible.
Las tierras en las que trabajaba la misionera son motivo de disputa por parte de los madereros y de los latifundistas de Pará.