ANKARA, martes, 7 febrero, 2006 (ZENIT.org).- El presunto autor del asesinato del sacerdote italiano Andrea Santoro en Turquía, un joven de tan sólo 16 años, ha confesado a la policía que actuó movido por la rabia suscitada por las caricaturas que ridiculizan a Mahoma, según informó este martes la televisión turca NTV.
El detenido, de 16 años, estudiante, es acusado de haber disparado contra el padre Santoro, de 60 años, muerto el pasado domingo en la ciudad de Trabzon, en el Mar Negro, mientras rezaba en la iglesia de la que era párroco.
Está previsto que a finales de noviembre Benedicto XVI visite Turquía en respuesta a la invitación del patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, de visitar su sede para impulsar el diálogo con las Iglesias ortodoxas.
El gobierno turco de Recep Tayyip Erdogan, quien desde el primer momento había condenado el crimen y prometido capturar al culpable, se ha sumado a la invitación.
Según ha declarado el arzobispo Antonio Lucibello, nuncio apostólico en Turquía: «en este clima caliente provocado por las viñetas está claro que puede tener lugar un homicidio. De todos modos, estoy convencido de que hay alguien que dirige todo esto desde atrás».
En una entrevista concedida a la agencia «AsiaNews» el prelado confiesa su conmoción ante las reacciones de «ambientes oficiales». En concreto, cita la declaración del viceministro de Asuntos Religiosos de Turquía, Mehmet Gormez, quien ha definido al padre Santoro como «un hombre de Dios».
En el servicio, la agencia del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras pone en duda el que las manifestaciones de protesta que tienen lugar en todo el mundo sean «espontáneas», percibiendo señales de una estrategia fundamentalista detrás de las mismas.