Está convocada en la Plaza Bolívar, pero la «Jornada de Reconciliación por las Víctimas del Secuestro» no se limitará a ese punto.
Se desplazará también a localidades como San Cristóbal y Ciudad Bolívar, «en donde en cabeza del Presidente de la Comisión para América Latina del Parlamento Europeo –Alain Lipietz– se entablarán diálogos con la comunidad acerca de temas relacionados con el acuerdo humanitario, derechos humanos y lucha contra la violencia», confirma una nota del Departamento de Comunicación Social del episcopado colombiano.
Por su parte, la Alcaldía Mayor de Bogotá, bajo el lema «Para volvernos a ver, acuerdo humanitario», se solidariza con los secuestrados para recordarlos y para acompañar a las familias en la petición de un acuerdo humanitario.
El acto contará con la participación de alrededor de 80 ciudades de Europa y América Latina.
Los obispos de Colombia, al término de su LXXX Asamblea Plenaria (Bogotá, 6-10 de febrero), reconocieron en su mensaje final las «grandes reservas» materiales y espirituales de la nación.
«Esto explica que haya podido mantenerse como nación relativamente próspera a pesar de flagelos tan graves como la violencia, el conflicto armado, el narcotráfico, la injusticia social, el secuestro, las amenazas y atentados contra la vida», dice el texto, entre cuyas firmas figura la de monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, presidente del organismo eclesial.
La reflexión de los obispos se enmarcó en el proceso electoral que vive el país (Cf. Zenit, 13 febrero 2006).
«El secuestro es y seguirá siendo un crimen abominable que lesiona el derecho fundamental de la libertad humana y deshonra a quienes lo practican –denunciaron–: pedimos la liberación de todos los hombres y mujeres que se encuentran en poder de los grupos armados».
«Un grito de inconformidad y de protesta sale de todas las gargantas: No más guerra, no más violencia, no más muerte. No más secuestros», escribieron los prelados de Colombia.