Durante un seminario en el hotel estatal Diaoyutai el domingo pasado, el director de la Administración estatal para Asuntos Religiosos, Ye Xiaowen, declaró al «China Daily» que «los contactos entre nosotros [Pekín y Vaticano] existen desde hace bastante tiempo, pero es difícil anticipar los plazos», según informa el padre Bernardo Cervellera, director de «AsiaNews».
Aún dejando alguna rendija abierta sobre el nombramiento de los obispos, Xiaowen repitió las dos condiciones previas siempre exigidas por Pekín: cortar las relaciones con Taiwan y no entrometerse en los asuntos internos de China.
«Podemos establecer relaciones diplomáticas con el Vaticano muy pronto si los dos principios son aceptados… Pero para nosotros es difícil si los dos principios son violados», explicó.
Las afirmaciones de Xiaowen se producen a los pocos días de las de monseñor Giovanni Lajolo, secretario vaticano para las Relaciones con los Estados, que el 24 de marzo pasado, con motivo del consistorio y la elevación a cardenal del obispo de Hong Kong, Joseph Zen.
«Los tiempos están maduros» para restablecer las relaciones diplomáticas con Pekín», afirmó el representante vaticano.
En dos entrevistas concedidas al «South China Morning Post» y a la «I-Cable TV» de Hong Kong, monseñor Lajolo habló de «contactos informales», subrayando que «mientras las más altas autoridades muestran voluntad de regularizar las relaciones, a niveles intermedios hay quien «está en contra»».
El padre Cervellera recuerda que «aunque con otros estados (como Corea del Sur) China nunca ha pretendido que rompan con Taiwán como condición previa, sino sólo al final del proceso, el Vaticano, por boca del secretario de Estado Angelo Sodano y de monseñor Lajolo, ha dicho ya varias veces que la Nunciatura de Taipei en realidad es la de Pekín, transferida allí tras la expulsión del nuncio en 1951, y el rechazo de Mao a readmitirlo en China en 1952».
El problema más delicado es la intromisión en los asuntos internos de China, que para Pekín implica también el derecho a nombrar a los obispos católicos. «Nosotros hemos nombrado y consagrado siempre a nuestros obispos» afirmó Ye, «y esto es importante para nosotros».
En realidad, China no logra encontrar candidatos al episcopado que se dejen ordenar sin la aprobación del Vaticano.
Al menos el 80% de los obispos de la Iglesia oficial están en comunión con la Santa Sede. Los pocos que no lo están, como el arzobispo de Pekín, son «rechazados por los fieles y marginados», explica el director de «AsiaNews»..
Un hecho importante subrayado por el padre Cervellera es que, insistiendo en los nombramientos de los obispos, Xiaowen «se mostró más flexible que otras veces, afirmando que el problema «puede abrirse a la discusión»».
Desde hace tiempo, tanto por parte vaticana como por parte china, se estudia un método de nombramiento episcopal, similar al adoptado en Vietnam, de manera que la Santa Sede presente algunos nombres sobre los que recaería luego la elección del Gobierno.
La solución, sin embargo, no agrada a muchos obispos de la Iglesia patriótica chima. «Pekín –dijo uno de ellos que prefiere mantener el anonimato- debe darnos toda la libertad religiosa que la Constitución china garantiza. Nombrar y ordenar a los obispos forma parte de los elementos sacramentales de la Iglesia, y el Estado no tiene derecho a inmiscuirse».
En la entrevista del «China Daily», Ye Xiaowen no alude al neocardenal Joseph Zen, reconocido por los cristianos de China como un defensor de la libertad de religión. En cuanto a las dos condiciones previas de Pekín, el obispo de Hong Kong ha subrayado a menudo que la ruptura de las relaciones con Taiwán «no es un problema», pero que sólo puede darse a cambio de la garantía por parte de China de una plena libertad religiosa, incluidos los nombramientos episcopales.