Tanto Anacleto González Flores como Miguel Gómez Loza fueron asesinados por «odio a la fe» en Guadalajara, durante la persecución religiosa que padeció México entre los años de 1926-1929. Beatificados en 2005, el culto popular ha sido extraordinario, lo que ha motivado que las autoridades eclesiásticas hayan decidido mover sus restos hacia un santuario con mayor aforo de fieles, como lo es el de Nuestra Señora de Guadalupe.
En el marco de la celebración del aniversario luctuoso de ambos beatos, el Vicario general de la diócesis de Guadalajara, monseñor Guadalupe Ramiro Valdés Sánchez, dijo que el nuevo sitio en que ahora se encuentran los restos facilitará la veneración a los beatos, «para que los invoquen, conozcan sus vidas, imiten sus ejemplos y copien sus virtudes. Además de que pidan, por su intercesión, favores de Dios y que éste los conceda siempre y cuando lo hagan con fe».
En otra celebración con motivo del aniversario de la muerte del beato Anacleto González, fue bendecida la primera piedra de lo que será el primer templo en la diócesis en honor a este Beato. El templo será construido en la colonia Miguel Hidalgo, en Zapopan. El obispo auxiliar José Trinidad González Rodríguez celebró ahí una misa y manifestó su esperanza para que la construcción llegue pronto a feliz término.