JERUSALÉN, martes, 4 julio 2006 (ZENIT.org).- En reconocimiento por su sensibilidad hacia los Santos Lugares y los cristianos de la región, el cónsul general de España en Jerusalén ha sido distinguido con la condecoración pontificia de la Cruz del Peregrino.
La ceremonia se celebró en el convento de San Salvador, sede central de la Custodia franciscana de Tierra Santa, al término del almuerzo con el que la comunidad religiosa obsequió al diplomático, que acudió acompañado de su esposa Jumanah.
Fue el padre Piertattista Pizzaballa, Custodio de Tierra Santa, quien confirió entonces la Cruz del Peregrino a José María Ferre de la Peña, cónsul general de España en Jerusalén, confirmó el martes pasado la Custodia.
La Cruz del Peregrino es una condecoración pontificia que creó el Papa León XIII el 2 de mayo de 1901.
Lleva grabados los Santos Lugares más importantes y busca recordar al peregrino el amor y la preocupación por los Lugares de la Redención.
Con la condecoración, los franciscanos de Tierra Santa han querido agradecer al cónsul general de España –que ya deja ese destino— su amistad hacia los hijos de San Francisco, su sensibilidad por los Santos Lugares y su preocupación concreta por los cristianos que viven en la región.
«La Cruz del Peregrino recordará» al diplomático «el deber de atención y de amor que todo cristiano debe alimentar por la Tierra de nuestras raíces cristianas», apunta la Custodia.
